Argentina. No es el virus, es el capitalismo salvaje.
Domingo 8 de agosto de 2021, p. 18
Buenos Aires. Decenas de miles de argentinos salieron ayer a las calles de Buenos Aires en protesta por la pobreza y la falta de empleo, en un país que arrastra hace años una severa crisis económica, ahondada por la pandemia del coronavirus.
Organizaciones de desocupados y agrupaciones sociales encabezaron una manifestación que comenzó en un templo del oeste de la capital argentina, adonde anualmente miles de personas llegan en peregrinaje a pedir por empleo en el santuario de San Cayetano –patrono local del trabajo–, para culminar en la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno.
Argentina aspira a crecer 7 por ciento en 2021 para dejar atrás una recesión con alta inflación que se inició en 2018, agravada por la cuarentena decretada en medio de la pandemia de Covid-19. La crisis dejó a 42 por ciento de la población en la pobreza y desempleo de 10.2 por ciento.
La administración del presidente Alberto Fernández, quien asumió en diciembre de 2019, afirma que hay una incipiente reactivación; sin embargo, por ahora resulta insuficiente en este contexto de deterioro.
De cara a las elecciones legislativas de noviembre, el gobierno anunció ayer una flexibilización de las restricciones por la pandemia, con el fin de reactivar la economía.
Además de las columnas de manifestantes que coparon el centro de la capital argentina, diversas protestas se desarrollaron en otras ciudades del país.
Estamos viviendo dificultades enormes. Las necesidades en los
barrios son tremendas: cada vez en los comedores de copa de leche van
familias enteras a comer y a muchos de esos chicos los tienen que
atender los profesionales de la salud porque están desnutridos
, señaló el diputado Juan Carlos Alderete, líder del partido de izquierda Corriente Clasista y Combativa.
Cientos de argentinos católicos volvieron a participar –tras la ausencia del año pasado– el sábado en el rito de peregrinar y orar ante San Cayetano para pedir pan, paz y trabajo, y luego marcharon desde la iglesia en el barrio porteño de Liniers hasta la Casa Rosada, sede del gobierno, en el centro de la ciudad, en un momento que se profundizan los problemas económicos en el país al alcanzar 18 meses de pandemia.
Los creyentes retomaron una de sus tradiciones más queridas ante el santo del pan y el trabajo
,
San Cayetano, que se celebró en esta ocasión al aire libre, en las
puertas y no en el interior del templo, donde se encontraba la imagen
que muchos de ellos adoraron manteniendo algunas medidas de seguridad,
como la portación de mascarillas. Posteriormente se inició la marcha
hacia el centro.
Sindicatos, trabajadores y organismos sociales participaron tras el acto en una multitudinaria manifestación y en una importante demostración de fuerza en este momento en el país.
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