Director de Estudios Espaciales del sector del Sol en el Observatorio de Pulkovo y Supervisor del proyecto Lunar Observatory
NOTA PRELIMINAR:
La presente entrevista fue realizada en marzo de 2017 por el periodista
y conocido divulgador de la Meteorología y la Astronomía Vicente Aupí,
que amablemente ha autorizado su publicación en la RAM. Desde la
redacción de la revista damos las gracias a Vicente por brindarnos la
oportunidad de compartirla con nuestros lectores.
Pocos
astrofísicos han investigado el Sol con tanta profundidad como él, y sus
estudios le han erigido en uno de los principales opositores a la
masiva corriente científica que postula el calentamiento global de
origen antropogénico. Abdussamatov, de origen uzbeko, lo ve de otra
forma: la energía que la Tierra recibe del Sol, nuestra estrella madre,
disminuirá en las próximas décadas, de la misma forma que ya lo hizo
hace varios siglos durante la llamada Pequeña Edad de Hielo, y nuestro
planeta vivirá un episodio de “enfriamiento profundo” que tendrá “un
gran impacto para la economía global y la sociedad”. Habla de complejos
ciclos solares que justifican su teoría y sostiene, asimismo, que el
calentamiento global que se ha producido en la Tierra en las últimos
decenios ha sido extensivo a Marte y otros planetas del Sistema Solar,
en los que evidentemente “no hay influencia humana”, lo cual constituye
un indicador de que ese proceso se debe a “causas naturales” y el Sol es
su agente principal.
¿Por qué son tan importantes para el clima de la Tierra los cambios en la energía que nos llega del Sol?
El
estado de equilibrio a largo plazo del balance energético anual medio
de la Tierra, entre la irradiancia solar total (IST) que entra en las
capas externas de la atmósfera y la que sale al espacio de la radiación
total de energía desde la parte superior de la atmósfera a la
superficie, es lo que determina la estabilidad del clima para que la
temperatura de la Tierra no cambie. Si a largo plazo la Tierra mantiene
más energía solar de la que expulsa, nuestro planeta se calentará, y al
contrario, si la Tierra irradia más energía al espacio de la que recibe
del Sol se enfriará. Las principales razones de las desviaciones a largo
plazo en el balance energético anual promedio de la Tierra desde el
estado de equilibrio son una variación cíclica cuasi bicentenaria en la
irradiancia solar total entrante (equivalente hasta un 0.5%1)
y la porción que absorbe la Tierra, así como la parte de esa energía
solar absorbida por nuestro planeta que no es compensada por la energía
de la radiación de onda larga emitida al espacio durante un intervalo de
tiempo de 20 ± 8 años, que es controlada por la inercia térmica de los
océanos. ¿Las alteraciones en ese estado de equilibrio explican grandes cambios en el clima?
Como
consecuencia, el balance energético anual promedio de la Tierra
originado por las variaciones cuasi bicentenarias de la irradiancia
solar total a largo plazo se desvía del estado básico de equilibrio del
sistema climático superficie-atmósfera. La desviación a largo plazo en
el balance energético anual medio de la Tierra desde el estado de
equilibrio (exceso de irradiancia solar total entrante acumulada por los
océanos o su deficiencia) dicta un cambio correspondiente en el estado
energético y en el clima de la Tierra. Las variaciones del ciclo cuasi
bicentenario de la irradiancia solar total, junto con importantes y
sucesivas influencias de una cadena de efectos de retroalimentación
causal subsiguientes, pueden explicar todos los cambios climáticos. La
desviación positiva (o negativa) a largo plazo en el balance energético
anual medio de la Tierra de dicho estado de equilibrio —exceso (o
deficiencia) de la irradiancia solar total entrante acumulada por los
océanos— calentará (o enfriará) gradualmente las capas superiores de
agua de los océanos en los trópicos. Irradiancia
solar total y actividad solar a partir del año 1611 y el pronóstico de
sus variaciones hasta el final del siglo XXI (líneas discontinuas). El
Sol caliente está marcado en amarillo y el frío en rojo. Durante el
Mínimo de Maunder, época en la que no se observaron manchas solares, se
celebraron ferias del hielo en Londres sobre el río Támesis congelado.
(Cortesía de Habibullo Abdussamatov)¿Cómo afecta todo ello a la circulación atmosférica y a los océanos?
Las
características básicas de las variaciones climáticas de la Tierra
están relacionadas, en particular, con las fluctuaciones en la fuerza
tanto de la circulación atmosférica como de las corrientes oceánicas,
incluida la corriente térmica de la Corriente del Golfo, que es
impulsada por el calor acumulado por el agua del océano en los trópicos.
Están determinadas por la acción directa de la variación cíclica cuasi
bicentenaria de la irradiancia solar total e importantes influencias
sucesivas de una cadena de efectos causales de retroalimentación
originados por los cambios del clima. Los mecanismos secundarios tienen
influencias añadidas en forma de efectos de retroalimentación causal en
el proceso de enfriamiento, y producen un significativo descenso
adicional de la temperatura (dependiendo de la duración del
enfriamiento) debido al aumento gradual y no lineal del albedo
terrestre, así como de la disminución natural de la concentración
atmosférica, principalmente de vapor de agua (de acuerdo con la relación
de Clausius-Clapeyron) y otros gases de efecto invernadero (según la
ley de Henry), y el efecto contrario en el proceso de calentamiento.
¿De qué forma ha cambiado el clima durante los últimos milenios?
Los
cambios climáticos significativos durante los últimos 7.500 años
indican que las variaciones cuasi periódicas de la irradiancia solar
total bicentenaria definen el mecanismo cíclico correspondiente de
cambio climático, desde el calentamiento a una Pequeña Edad de Hielo, y
fijan las escalas temporales de prácticamente todos los procesos físicos
que ocurren en el sistema Tierra-Sol. La naturaleza global del cambio
climático durante los últimos mil años confirma un récord ikaite2:
un óptimo climático medieval y una Pequeña Edad de Hielo con el Mínimo
de Maunder que también se extendió a la Península Antártica. ¿Cuál es su análisis sobre la Pequeña Edad de Hielo que hubo hace varios siglos?
Mi
definición de la Pequeña Edad de Hielo es un periodo cuasi bicentenario
(200 ± 70 años) de enfriamiento profundo sin interrupción al
calentamiento. Esto es que tuvimos cuatro períodos de la Pequeña Edad de
Hielo relacionados con los grandes mínimos cuasi bicentenarios de los
ciclos solares: Wolf, Sporer, Maunder y Dalton, respectivamente. Los
cambios cíclicos cuasi bicentenarios son siempre la respuesta del
sistema climático a las correspondientes influencias externas cíclicas
del Sol.
¿Cómo influyen los ciclos de Milankovitch?
Las
variaciones cíclicas a largo plazo en la energía total media anual de la
radiación solar que entra en las capas superiores de la atmósfera
terrestre, causada por los ciclos astronómicos de Milankovitch, son la
principal causa fundamental de las correspondientes variaciones
climáticas (glaciaciones) en la Tierra. Los ciclos de Milankovitch a
largo plazo causan cambios en la irradiancia solar total. Estos cambios
provocan variaciones en la temperatura a largo plazo, con influencias de
retroalimentación secundarias posteriores. Todo ello es suficiente para
gestar cambios climáticos con ciclos glaciares e interglaciares.
¿Y cuál es el papel del dióxido de carbono (CO2)?
Cabe destacar que la cantidad de flujos naturales de dióxido de carbono (CO2),
vapor de agua y polvo desde los océanos y zonas de tierra a la
atmósfera, así como recíprocamente desde la atmósfera a los océanos y
áreas de tierra, excede muchas veces las descargas antropogénicas de
estas sustancias a la atmósfera. El contenido total de CO2 en
los océanos es aproximadamente 50 veces mayor que en la atmósfera y, a
medida que se calienta o se enfría según la intensidad del Sol, libera o
absorbe estos gases, respectivamente. Incluso una "respiración"
oceánica débil puede cambiar drásticamente el nivel de CO2 en
la atmósfera. Los cambios en el dióxido de carbono atmosférico no están
siguiendo el ritmo de las emisiones humanas. El impacto de estos gases
como mecanismo de cambio climático es secundario y menor en comparación
con el poder del Sol. En comparación con la actividad humana, las causas
naturales desempeñan un papel más importante en las variaciones
climáticas y en el nivel de dióxido de carbono en la atmósfera, ya que
los factores naturales son sustancialmente más potentes. Por lo tanto,
no hay evidencia de que el dióxido de carbono sea un factor importante
en el calentamiento de la Tierra. Aunque el CO2 tiene alguna influencia en dicho calentamiento, el Sol juega un papel mucho mayor en todo el esquema de las cosas.
Conocemos
desde hace algunos años su teoría acerca de una nueva Pequeña Edad de
Hielo en la Tierra durante el siglo XXI. ¿Continúa convencido de ello?
El
Sol es el principal factor que controla el sistema climático e incluso
ligeras variaciones a largo plazo de la irradiancia solar total pueden
tener serias consecuencias para el clima de la Tierra y otros planetas
del Sistema Solar. El signo total y el valor de la desviación del
balance energético anual promedio de la Tierra desde el estado de
equilibrio durante un largo período de tiempo (exceso de irradiancia
solar total acumulado por los océanos o su deficiencia) determinan un
cambio correspondiente en el estado de energía del sistema
superficie-atmósfera y, por lo tanto, una próxima variación climática y
su amplitud. Es decir, las variaciones en el clima de la Tierra son una
función de las desviaciones a largo plazo en el balance energético anual
promedio de la Tierra desde el estado de equilibrio entre la energía
total de la radiación solar entrante en las capas superiores de la
atmósfera terrestre y la energía total saliente de la Tierra de vuelta
al espacio. Cambios en el clima significativos durante al menos los
últimos 800.000 años indican que las variaciones cuasi bicentenarias y
el ciclo de 100.000 años en la irradiancia solar total que entra en las
capas superiores de la atmósfera terrestre (teniendo en cuenta las
influencias directas y posteriores no lineales de los efectos de
retroalimentación secundarios) constituyen la causa fundamental de las
correspondientes alternancias en el clima, desde el calentamiento hasta
la Pequeña Edad de Hielo y el Gran Período Glacial. Las variaciones
cíclicas cuasi bicentenarias que controlan la irradiancia solar total
determinan a su vez, casi en su totalidad, el mecanismo de alternancias
cíclicas cuasi bicentenarias en el cambio climático y establecen escalas
de tiempo correspondientes de prácticamente todos los procesos físicos
que tienen lugar en el sistema Tierra-Sol. También son la clave para
comprender los cambios cíclicos tanto en la naturaleza como en la
sociedad. (Cortesía de Habibullo Abdussamatov)La
NASA y otras instituciones internacionales sostienen que 2014 y 2015
han sido los años más cálidos de los últimos siglos. ¿Cuál es su opinión
al respecto?
2014 y 2015 fueron años cálidos, pero no los más
cálidos. 1998 sigue siendo el más cálido. Está relacionado con el máximo
de la irradiancia solar total de 24 ciclos y el ciclo bicentenario.
En
su investigación usted dice que también ha habido un aumento de las
temperaturas en Marte, lo cual supone una evidencia de que el
calentamiento global en la Tierra no ha sido causado por el hombre.
Explíquelo, por favor...
A principios del último cuarto del siglo
XX se estableció el calentamiento simultáneo de la Tierra, Marte y otros
planetas y satélites de planetas en el Sistema Solar. En el año 2005,
datos de las misiones espaciales Mars Global Surveyor y Odyssey
de la NASA revelaron que las capas de hielo de dióxido de carbono cerca
del polo sur de Marte habían estado disminuyendo durante tres veranos
consecutivos. ¿Hay algo en común para todos los planetas del Sistema
Solar cuya acción podría desencadenar su calentamiento simultáneo
durante el mismo período de tiempo? Debido a que no hay emisiones hechas
por el hombre en Marte, dicho calentamiento se debe a otras causas,
como un Sol que se calienta, y estas mismas causas son responsables del
calentamiento observado en la Tierra durante prácticamente todo el siglo
XX. Este factor común, que afecta simultáneamente a todos los cuerpos
del Sistema Solar, es un alto nivel de irradiancia solar total a largo
plazo durante prácticamente todo el siglo XX. Por ello, el calentamiento
simultáneo en la Tierra, Marte y todo el Sistema Solar tiene un origen
solar natural y confirma la acción del verano solar en todo el Sistema
Solar, así como la alternancia de las condiciones climáticas en él. En
general, por analogía con las estaciones astronómicas de la Tierra,
existe también una alternancia similar de condiciones climáticas en el
Sistema Solar, dictada por la variación cíclica cuasi-bicentenaria de la
irradiancia solar total. Bajo este punto de vista, después de ese
verano solar en todo nuestro Sistema Solar llegó la estación del otoño
solar, y tras él, en torno al año 2060 ± 11, llegaremos a la estación
del invierno solar del ciclo cuasi bicentenario de la variación
climática. Sólo a principios del siglo XXII llegará la temporada
"primavera soleada" en toda la región del Sistema Solar. La disminución
observada a largo plazo de la irradiancia solar total y el futuro
enfriamiento profundo afectarán, en primer lugar y fundamentalmente, a
los recursos naturales dependientes del clima e influirán en la economía
estrechamente relacionada con el estado del clima. La temperatura a
mediados del siglo XXI podría reducirse a los valores del Mínimo de
Maunder, que tuvo lugar en el periodo comprendido entre 1645 y 1715. Por
lo tanto, el cambio climático es un proceso natural, más allá del
control humano, y no está prácticamente conectado con nuestras
actividades. La nueva Pequeña Edad de Hielo podría causar inviernos
duraderos y extremadamente fríos, caracterizados por la congelación de
ríos normalmente libres de hielo, así como por nevadas en áreas que
durante varios siglos no han sido testigos de tales condiciones
climáticas.
¿Qué está sucediendo en el Sol?
Desde 1990, el
Sol se encuentra en fase de declive de la variación cuasi-bicentenaria
de la irradiancia solar total. La disminución de la parte de dicha
irradiancia absorbida por la Tierra no se ha visto compensada por la
radiación de onda larga que nuestro planeta devuelve al espacio debido a
la inercia térmica de los océanos. Como resultado, la Tierra tiene y
continuará teniendo un balance energético anual negativo de promedio y
una condición térmica adversa a largo plazo. La época cuasi centenaria
de la nueva Pequeña Edad de Hielo ha comenzado a finales de 2015,
después de la fase máxima del ciclo solar 24. La disminución observada
en la irradiancia solar total desde 1990 y el próximo gran mínimo en
2043 ± 11 y el comienzo esperado de la fase de enfriamiento profundo de
la Tierra en 2060 ± 11 sin duda tendrá un impacto significativo en la
economía global, la sociedad y la seguridad nacional de los países. El
próximo enfriamiento global profundo dictará la dirección de las
variaciones en los diferentes procesos naturales en la superficie de la
Tierra y en la atmósfera, así como un empeoramiento de las condiciones
para la creación de recursos materiales y financieros en la sociedad. La
desviación negativa a largo plazo del balance energético medio anual de
la Tierra desde 1990 ha dado lugar a variaciones respectivas en su
estado energético y modo térmico. En nuestro planeta, después de la fase
máxima del ciclo solar 24 a finales de 2015, comenzamos el descenso
hacia la época de la decimonovena Pequeña Edad de Hielo de los últimos
7.500 años. Las variaciones en los parámetros de la superficie y la
atmósfera de la Tierra, causadas por el enfriamiento, generarán una
larga cadena de ciclos causales de los efectos de retroalimentación
secundarios subsiguientes. El aumento del albedo terrestre y la
disminución de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la
atmósfera por el enfriamiento próximo, según la ley de Henry y la
relación Clausius-Clapeyron, conducirán a una reducción adicional de la
energía solar que absorbe el planeta y reducirán la influencia del
efecto invernadero. Causarán una caída adicional de la temperatura, que
puede superar la influencia del efecto directo derivado de la
disminución cuasi-bicentenaria de la irradiancia solar total. La Tierra
ha experimentado tales procesos de enfriamiento cinco veces en los
últimos 1.000 años y no menos de 18 veces en los últimos 7.500 años, y
un enfriamiento global vendrá independientemente de si los países
industrializados ponen o no un límite a sus emisiones de gases de efecto
invernadero, ya que las cantidades de los flujos naturales de dióxido
de carbono de los océanos y de las zonas de tierra a la atmósfera (Min) y de la atmósfera (Mout) a los océanos y tierra exceden muchas veces las descargas antropogénicas de estas sustancias a la atmósfera (Mant)3.
La visión común de que la actividad industrial humana es un factor
decisivo en el calentamiento ha surgido de una mala interpretación de
causa y efecto. Las imágenes del Támesis congelado y un estudio
histórico de los efectos del reciente enfriamiento profundo en el
período del Mínimo Maunder constituyen advertencias sobre la seria
amenaza que se cierne en el futuro para la humanidad y su seguridad
energética. A mediados del siglo actual la humanidad se encontrará con
tiempos tan difíciles como aquéllos, enfrentándose a un empeoramiento en
las condiciones para la creación de recursos materiales y financieros
de la sociedad.
Pueden ocurrir otros cambios importantes en la
radiación solar, ¿cuáles serían las consecuencias en la Tierra además de
un posible enfriamiento?
Los cambios importantes en la radiación
solar ocurren con ciclos de 11 años y bicentenarios. Otros cambios más
significativos no existen en la actualidad.
Entiendo que está convencido de que viviremos un periodo similar al Mínimo de Maunder del siglo XIX...
Como
ya he dicho, la visión común de que la actividad industrial humana es
un factor decisivo en el calentamiento ha surgido de una mala
interpretación de causa y efecto. Las imágenes del Támesis congelado y
un estudio histórico de los efectos del reciente enfriamiento profundo
en el período del Mínimo Maunder son advertencias sobre la seria amenaza
también para el futuro de la seguridad energética para la humanidad. La
humanidad a mediados del siglo actual se encontrará con los mismos
tiempos muy difíciles, así como un cambio para peor en las condiciones
para la creación de recursos materiales y financieros de la sociedad. (Pintura de Thomas Wyke)El
invierno 2016-2017 ha sido muy frío en algunas zonas de Europa. ¿Tiene
alguna relación con el enfriamiento que usted predice para las próximas
décadas?
La actual falta de calentamiento y de un ascenso práctico
al nivel del océano mundial desde 1997 demuestra que están bajo el
control directo del ciclo cuasi bicentenario de la fase decreciente de
la irradiancia solar total, lo que también prueba mi teoría.
Su
teoría ha recibido muchas críticas por parte de científicos de Europa y
Estados Unidos que están convencidos de que el calentamiento global ha
sido causado por la actividad humana. ¿Cuál es la opinión de sus colegas
en Rusia?
El debilitamiento gradual simultáneo de la Corriente
del Golfo da lugar a un enfriamiento más fuerte, que se sentirá más en
Europa occidental y las partes del este de Estados Unidos y Canadá. El
mundo debe comenzar a prepararse para la nueva Edad de Hielo en este
momento. Los políticos y los líderes empresariales deben hacer cálculos
económicos completos del impacto de la nueva Pequeña Edad de Hielo en
todo: industria, agricultura, condiciones de vida y desarrollo. La forma
más razonable de luchar contra la nueva Pequeña Edad de Hielo es un
compendio de medidas especiales destinadas a apoyar el crecimiento
económico y la producción ahorradora de energía para adaptar a la
humanidad al próximo período de enfriamiento profundo, que durará
aproximadamente hasta el comienzo del siglo XXII. La comprensión
temprana de la realidad de los próximos mecanismos globales de
enfriamiento y físicos responsables de ello determina directamente la
elección de medidas adecuadas y fiables que permitan a la humanidad, en
particular las poblaciones de países situados lejos del ecuador,
adaptarse de antemano a un profundo enfriamiento global. El próximo
cambio climático será el desafío más importante y una cuestión urgente
para el mundo y definirá los principales acontecimientos de la política,
la economía y las áreas más importantes de toda la humanidad en las
próximas décadas. La supervisión y la investigación de las variaciones a
largo plazo de los parámetros climáticos globales son tareas
extremadamente importantes para comprender los mecanismos físicos del
cambio climático global y determinar los patrones de su formación, lo
que permitirá el desarrollo de métodos confiables para predecir futuros
cambios climáticos profundos. La manera más confiable de predecir con
exactitud la profundidad y el tiempo exacto de la fase inicial de un
mínimo profundo de la próxima Pequeña Edad de Hielo es estudiar las
variaciones a largo plazo en el parámetro global más efectivo: la
desviación del balance energético medio anual de la Tierra desde su
estado de equilibrio. Por lo tanto, hemos desarrollado un nuevo proyecto
espacial muy importante, el Observatorio Lunar, para el seguimiento
directo tanto del albedo como de la radiación de onda larga de la Tierra
que sale al espacio, así como el estado de la superficie, las nubes, la
vegetación, la criosfera, los aerosoles de concentración y el ozono en
todo el mundo para investigar la desviación de dicho balance energético y
las razones físicas de los cambios climáticos, teniendo la superficie
lunar las condiciones ideales de la noche lunar4. (Foto: O. P. Bykov)Pero,
además de usted, ¿hay en Rusia otros científicos o institutos de
investigación que comparten la teoría de una próxima Pequeña Edad de
Hielo?
Desde el principio, en el año 2003, he sido una voz casi
solitaria en la visión de que la Tierra se embarca en un enfriamiento
prolongado y profundo debido al enfriamiento de la irradiancia solar
total, no por factores artificiales. Hoy en día, alrededor del 97% de
los científicos están de acuerdo en que la Tierra se está calentando
debido a la actividad humana, de modo que tan solo un 3% creen en la
posibilidad de una Pequeña Edad de Hielo, con diversos grados de
certeza.
NOTAS Y REFERENCIAS
(Shapiro et al., 2011 Astronomy & Astrophysics 529, A67).
Mineral
compuesto por carbonato de calcio que tiene la singularidad de atrapar
las moléculas de agua a bajas temperaturas. Se ha convertido en un
indicador de las grandes variaciones climáticas en el pasado, y ha
permitido saber que la Pequeña Edad de Hielo no fue exclusiva del
hemisferio norte, sino que también fue extensiva a la Antártida.
Nigmatulin R.I., The ocean: climate, resources, and natural disasters // Herald of the Russian Academy of Sciences. Vol. 80, 2010, 338–349.
Abdussamatov, H.I., 2016. Lunar
Observatory for Investigations of Deviation Energy Balance of the Earth
From the Equilibrium State and Reasons Changes of the Climate: Study of
the Earth From Space, No. 5, pp. 79-88.
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