El peor rostro sionista de la Unión Europea: Katharina von Schnurbein
Desde hace cuatro años en Europa la campeona de los sionistas es
Katharina von Schnurbein, que ha llevado a cabo una tarea meticulosa
para equiparar el sionismo con el antisemitismo y erradicar cualquier
forma de apoyo al pueblo palestino, que también entra dentro del
antisemitismo.
Como además las expresiones antisemitas están consideradas como un delito de odio, el Estado de Israel se acabará convirtiendo en un tabú. Es el “todo es ETA” que aquí ya conocemos desde hace tiempo, pero a escala europea.
Se trata de que siempre hablen los mismos para decir lo mismo: más soah y más holocausto para que los judíos sigan siendo las víctimas de una persecución iniciada hace ya 2.000 años.
Von Schnurbein es la sicaria de Israel ante la Unión Europea, donde dirige el grupo de presión más poderoso de los que operan en Bruselas: el sionista.
Como además las expresiones antisemitas están consideradas como un delito de odio, el Estado de Israel se acabará convirtiendo en un tabú. Es el “todo es ETA” que aquí ya conocemos desde hace tiempo, pero a escala europea.
Se trata de que siempre hablen los mismos para decir lo mismo: más soah y más holocausto para que los judíos sigan siendo las víctimas de una persecución iniciada hace ya 2.000 años.
Von Schnurbein es la sicaria de Israel ante la Unión Europea, donde dirige el grupo de presión más poderoso de los que operan en Bruselas: el sionista.
En 2015 la nombraron coordinadora de la Unión Europea contra el antisemitismo y ha sido galardonada con un Premio de Derechos Humanos por una asociación que apoya los asentamientos ilegales de Israel en la Cisjordania ocupada y sus crímenes de guerra en Gaza.
La idea de crear una coordinadora de la Unión Europea contra el antisemitismo no nació en Bruselas sino en Tel Aviv, por más que la Unión Europea lo presente como algo propio.
En mayo de 2015 el gobierno israelí organizó en Jerusalén un Foro mundial para Combatir el Antisemitismo, donde los grupos de presión israelíes de Gran Bretaña, Francia y Holanda elaboraron un plan de acción para la Unión Europea.
Una de las recomendaciones del grupo de presión fue que la Unión Europea designara un coordinador contra el antisemitismo y otra que las policías europeas se involucraran en defender los intereses de los judíos como si fuera cosa propia.
Una propuesta similar se hizo ese mismo mes en una conferencia organizada en Bruselas por el Comité Judío Americano, una influyente asociación sionista.
El llamamiento a la acción afirmó que “los judíos de todo el continente [europeo] habían sufrido brotes de violencia y amenazas antisemitas el verano anterior, en el momento del conflicto con Israel inducido por Hamás”.
La realidad ocurrió al revés: el ataque a Gaza fue provocado por Israel, pero aquí a todo hay que darle un vuelta de 180 grados.
Uno de los participantes en la conferencia de 2015 del Comité Judío Americano fue Vera Jurova, Comisaria Europea de Justicia, que colabora con Von Schnurbein para hacer pasar el antisionismo como antisemistismo, inmunizando a Israel de cualquier clase de crítica.
En junio de este año Jurova creó un grupo de trabajo dedicado oficialmente a la elaboración de nuevas estrategias contra el llamado “antisemitismo” que incluye a representantes de las policías de los países de la Unión Europea.
El trabajo de la Unión Europea en este ámbito se rige por una definición de “antisemitismo” aprobada en 2016 por un club de 33 países, conocido como la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto.
La definición va acompañada de ejemplos de comentarios considerados como antisemitas. Entre ellos se encuentra la afirmación de que la creación de Israel fue un caso de “racismo”, lo cual es un obviedad histórica.
Israel fue concebido como un Estado donde los colonizadores judíos tendrían más derechos que los palestinos indígenas. A los palestinos expulsados por la fuerza de sus tierras en el momento de la creación de Israel, así como a sus descendientes, se les negó el derecho a regresar a sus hogares por la única razón de que no eran judíos.
Esta definición fue redactada originalmente hace más de diez años por asociaciones sionistas, como parte de una tarea encomendada por la Unión Europea.
En teoría, esta definición no es jurídicamente vinculante. Sin embargo, la participación de las policías europeas en la evaluación de los comentarios sobre Israel no es más que un intento de criminalizar a quienes dicen lo más evidente: que Israel es un Estado racista y criminal, basado en el apartheid y la limpieza étnica.
El papel de Von Schnurbein consiste en impedir el movimiento de solidaridad con Palestina. Al visitar Jerusalén a principios de este año, dijo que desde la Segunda Guerra Mundial hay dos nuevas formas de antisemitismo en Europa.
La primera procede de la reacción y pretende “trivializar el holocausto”. La segunda procede de las fuerzas antimperialistas, que consideran al Estado de Israel como “racista”.
Luego -ya saben Ustedes- viene todo aquello de “unos y otros”, “todos son iguales”, “los extremos coinciden” y bla bla bla bla bla bla bla bla bla... Es la imbecilidad en la que ha incurrido Von Schnurbein al sugerir que los nazis son comparables a quienes se oponen a la opresión del pueblo palestino por parte del Estado de Israel.
La semana pasada Von Schnurbein participó en la presentación de un informe del gobierno israelí acusando a la campaña palestina BDS (boicot, desinversiones y sanciones) de antisemita. En su discurso señaló que en 2015 durante una gira por España militantes de la campaña BDS le pidieron al cantante Matisyahu que se pronunciara sobre el Estado de Israel.
Matisyahu es un cantante estadounidense y aunque su religión sea la judía, no es responsable de lo que hace Israel, dijo Von Schnurbein. Un buen argumento... de no ser porque nos toma por imbéciles: Matisyahu apareció en los vídeos de propaganda del ejército israelí para recaudar fondos para que cometan más y mejores crímenes.
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