EL DESEMBARCO DE NORMANDÍA
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LA VERDAD QUE JAMÁS SE ATREVIERON A CONTARLE SOBRE EL DESEMBARCO DE NORMANDÍA
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POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
El cumple el 75 aniversario del desembarco de los Estados Unidos e Inglaterra en las costas de Normandía. Y una vez más, los intereses ideológicos y chovinistas vuelven a predominar, tratando de sepultar la verdad histórica sobre lo sucedido.
O expresado de otra manera: la versión presentada por los estudios cinematográficos de Hollywood, integrados y dirigidos por equipos de esquizofrénicos propagandistas pronorteamericanos, carentes del más elemental rigor científico, vuelve a escamotear decenas de miles de toneladas de documentos, testimonios personales, estadísticas, cartas, mapas, pruebas fílmicas y documentales, memorias... en aras de una narración que nada tiene que ver con lo que realmente sucedió durante los últimos 12 meses de la Segunda Guerra Mundial.
A través de los medios de comunicación se nos está queriendo presentar, nuevamente, al 6 de junio de 1944, el archiconocido "Día D" del desembarco aliado en Normandía, como la clave a través de la cual se decidió la suerte de la 2ª Guerra Mundial . Sin embargo, los registros históricos sobre el valor real que tuvo aquella operación militar sitúa a la narración que nos ofrecen los medios justamente en sus antípodas.
¿POR QUÉ SE PRODUCE EL DESEMBARCO A TAN SOLO 11 MESES DEL FINAL DE LA GUERRA?
La verdad es que los alemanes no le prestaban en aquellas fechas una excesiva atención a su peculiar Frente Occidental, donde no sucedía nada que les moviera estar inquietos. Desde que la vertiginosa conquista de Francia convirtiera la invasión de ese país en un mero "paseo militar", el interés de Hitler no estaba centrado en quienes tenía situado a espaldas. El alto mando alemán era perfecto conocedor de que los estadounidenses esperaban que Alemania derrotara a la Unión Soviética y, también, de que Inglaterra y los Estados Unidos habían desoído reiteradamente las peticiones de Stalin de que procedieran a atacar a Alemania desde el Oeste, ya que ello obligaría a la Wehrmacht a reducir sus divisiones en el Frente Oriental.
El interés prioritario de los Estados Unidos desde que comenzó la guerra era, no obstante, que los alemanes destrozara a la Unión Sovietica y acabaran con el comunismo en la URSS. Y aunque hoy trate deliberadamente de ocultarse, los grandes hombres de negocios estadounidenses estaban especialmente interesados en que este hecho efectivamente se produjera. Ésa es la razón por la que habían apoyado económicamente a la Alemania de Hitler con cuantiosas inversiones.
Que esto fue así no sólo lo ratifica la documentación histórica existente, sino también los diversos testimonios verbales de personalidades relevantes de la vida social y política norteamericana. Por ejemplo, el del industrial norteamericano Henry Ford, que en 1941 no se ruborizada cuando se atrevía a proclamar que:
”Ni los Aliados, ni tampoco el Eje deberían ganar la guerra. Los Estados Unidos deben proporcionar los medios para que ambas partes sigan luchando hasta que se produzca el colapso de ambos contendientes".
Pero no sólo fue este poderoso industrial de la extrema derecha norteamericana el que pensaba de esa forma. El que luego sería presidente de los Estados Unidos, Harry Truman, dijo en 1941 con el mismo cinismo que lo había hecho Ford:
"Si Alemania gana, debemos ayudar a Rusia. Y si Rusia gana, debemos ayudar a Alemania, para que se produzcan el máximo de bajas en cada lado".
Ésta partida doble estadounidense solo tuvo su punto final cuando el pueblo soviético hizo doblar la cerviz a Hitler en Stalingrado. A partir de entonces, el Ejército Rojo inició un demoledor avance que no paró hasta llegar a la misma capital del Tercer Reich. Fue justo los EEUU se aperciben de que el Ejercito soviético está en condiciones de ganar la guerra por sí mismo, cuando los Estados Unidos reaccionan y se apresuran a cambiar las tornas. Ahora sus intereses en Europa le exigen cambiar el letargo por la premura. Fue sólo entonces cuando propusieron iniciar, de verdad, el desembarco por Normandía, apenas un año antes de que en mayo de 1945 concluyera la Segunda Guerra Mundial en Europa.
EL "ENEMIGO PRINCIPAL" DE ALEMANIA
La escasa importancia que para los nazis tenía hasta entonces el Frente Occidental lo prueba el hecho de que Hitler tuviera tan sólo 60 divisiones de su ejército ubicadas en el mismo. En cambio, había desplazado más de docientas divisiones al Frente Oriental, a luchar en contra de lo que él estimaba como "el enemigo principal", la Unión Soviética. Es evidente, pues, que los esfuerzos militares de la Wehrmacht estaban orientados a combatir en el "infierno del frente ruso".
El auténtico punto de inflexión de la Segunda Guerra Mundial se produjo con la contraofensiva soviética de 1942, en la batalla de Stalingrado. Posteriormente sería redondeado, aún más, con el resultado decisivo de la batalla de Kursk. El Ejército Rojo había lanzado una poderosa ofensiva a finales de diciembre de 1943, que aplastó toda la resistencia militar que tratara de interrumpir su arrolladora marcha hacia Berlín. El Ejército Rojo hizo retroceder a las fuerzas alemanas a lo largo de toda la Europa Oriental. Con clarividente razón, Wiston Churchill, un hábil pero furibundo enemigo de los bolcheviques, tuvo que rendirse ante la evidencia y reconocer publicamente que los soviéticos habían logrado "destrozar las mismas entrañas del ejército alemán" en Stalingrado.
¿CUÁL FUE EL VERDADERO OBJETIVO DEL DESEMBARCO DE NORMANDIA?
El hecho es que tanto los ingleses como los norteamericanos habían subestimado el enorme potencial humano, moral y militar de la Unión Soviética. Por esa razón, ingleses y estadounidenses terminarian encontrándose con el Ejército Rojo en las mismas puertas de Alemania. Y muy probablemente, si el llamado "Día D" se hubiera retrasado todavia más, se lo hubieran encontrado en las costas del norte de Francia, justo allí donde ellos iban a desembarcar.
La verdad histórica es muy distinta, pues, de aquella que intenta presentarnos el desembarco de Normandía como la "operación militar decisiva" que puso fin a la Segunda Guerra Mundial . La realidad es que aquél desembarco no fue otra cosa que la apertura tardía de un segundo frente, cuando ya la Alemania de Hitler se encontraba desvencijada, agotada y proxima a la derrota.
El siempre retrasado desembarco de norteamericanos e ingleses en las playas de Normandía, tenía como principal objetivo impedir que a tan sólo un año antes de finalizar la contienda, el Ejército soviético obtuviera en solitario la victoria militar en Europa.
Pero pese a haber tenido lugar aquél desembarco en el norte de Francia, en el Frente Oriental fue donde continuaron librándose las batallas claves de la Segunda Guerra Mundial. Y, además, con una particularidad que resulta necesario agregar: mientras las tropas aliadas en su avance por Europa occidental fueron derrotadas por los maltrechos ejércitos alemanes en dos importantes batallas -las Árdenas y en el Market Garden -, el Ejército Rojo marchó imparable, victoria tras victoria, su avance ininterrumpido hacia Berlín.
Con Hollywood o sin Hollywood, esto fue lo que realmente sucedió, aunque los efectos de la maquinaria mediática haya logrado convencer a millones de personas que historia fue otra distinta.
El cumple el 75 aniversario del desembarco de los Estados Unidos e Inglaterra en las costas de Normandía. Y una vez más, los intereses ideológicos y chovinistas vuelven a predominar, tratando de sepultar la verdad histórica sobre lo sucedido.
O expresado de otra manera: la versión presentada por los estudios cinematográficos de Hollywood, integrados y dirigidos por equipos de esquizofrénicos propagandistas pronorteamericanos, carentes del más elemental rigor científico, vuelve a escamotear decenas de miles de toneladas de documentos, testimonios personales, estadísticas, cartas, mapas, pruebas fílmicas y documentales, memorias... en aras de una narración que nada tiene que ver con lo que realmente sucedió durante los últimos 12 meses de la Segunda Guerra Mundial.
A través de los medios de comunicación se nos está queriendo presentar, nuevamente, al 6 de junio de 1944, el archiconocido "Día D" del desembarco aliado en Normandía, como la clave a través de la cual se decidió la suerte de la 2ª Guerra Mundial . Sin embargo, los registros históricos sobre el valor real que tuvo aquella operación militar sitúa a la narración que nos ofrecen los medios justamente en sus antípodas.
¿POR QUÉ SE PRODUCE EL DESEMBARCO A TAN SOLO 11 MESES DEL FINAL DE LA GUERRA?
La verdad es que los alemanes no le prestaban en aquellas fechas una excesiva atención a su peculiar Frente Occidental, donde no sucedía nada que les moviera estar inquietos. Desde que la vertiginosa conquista de Francia convirtiera la invasión de ese país en un mero "paseo militar", el interés de Hitler no estaba centrado en quienes tenía situado a espaldas. El alto mando alemán era perfecto conocedor de que los estadounidenses esperaban que Alemania derrotara a la Unión Soviética y, también, de que Inglaterra y los Estados Unidos habían desoído reiteradamente las peticiones de Stalin de que procedieran a atacar a Alemania desde el Oeste, ya que ello obligaría a la Wehrmacht a reducir sus divisiones en el Frente Oriental.
El interés prioritario de los Estados Unidos desde que comenzó la guerra era, no obstante, que los alemanes destrozara a la Unión Sovietica y acabaran con el comunismo en la URSS. Y aunque hoy trate deliberadamente de ocultarse, los grandes hombres de negocios estadounidenses estaban especialmente interesados en que este hecho efectivamente se produjera. Ésa es la razón por la que habían apoyado económicamente a la Alemania de Hitler con cuantiosas inversiones.
Que esto fue así no sólo lo ratifica la documentación histórica existente, sino también los diversos testimonios verbales de personalidades relevantes de la vida social y política norteamericana. Por ejemplo, el del industrial norteamericano Henry Ford, que en 1941 no se ruborizada cuando se atrevía a proclamar que:
”Ni los Aliados, ni tampoco el Eje deberían ganar la guerra. Los Estados Unidos deben proporcionar los medios para que ambas partes sigan luchando hasta que se produzca el colapso de ambos contendientes".
Pero no sólo fue este poderoso industrial de la extrema derecha norteamericana el que pensaba de esa forma. El que luego sería presidente de los Estados Unidos, Harry Truman, dijo en 1941 con el mismo cinismo que lo había hecho Ford:
"Si Alemania gana, debemos ayudar a Rusia. Y si Rusia gana, debemos ayudar a Alemania, para que se produzcan el máximo de bajas en cada lado".
Ésta partida doble estadounidense solo tuvo su punto final cuando el pueblo soviético hizo doblar la cerviz a Hitler en Stalingrado. A partir de entonces, el Ejército Rojo inició un demoledor avance que no paró hasta llegar a la misma capital del Tercer Reich. Fue justo los EEUU se aperciben de que el Ejercito soviético está en condiciones de ganar la guerra por sí mismo, cuando los Estados Unidos reaccionan y se apresuran a cambiar las tornas. Ahora sus intereses en Europa le exigen cambiar el letargo por la premura. Fue sólo entonces cuando propusieron iniciar, de verdad, el desembarco por Normandía, apenas un año antes de que en mayo de 1945 concluyera la Segunda Guerra Mundial en Europa.
EL "ENEMIGO PRINCIPAL" DE ALEMANIA
La escasa importancia que para los nazis tenía hasta entonces el Frente Occidental lo prueba el hecho de que Hitler tuviera tan sólo 60 divisiones de su ejército ubicadas en el mismo. En cambio, había desplazado más de docientas divisiones al Frente Oriental, a luchar en contra de lo que él estimaba como "el enemigo principal", la Unión Soviética. Es evidente, pues, que los esfuerzos militares de la Wehrmacht estaban orientados a combatir en el "infierno del frente ruso".
El auténtico punto de inflexión de la Segunda Guerra Mundial se produjo con la contraofensiva soviética de 1942, en la batalla de Stalingrado. Posteriormente sería redondeado, aún más, con el resultado decisivo de la batalla de Kursk. El Ejército Rojo había lanzado una poderosa ofensiva a finales de diciembre de 1943, que aplastó toda la resistencia militar que tratara de interrumpir su arrolladora marcha hacia Berlín. El Ejército Rojo hizo retroceder a las fuerzas alemanas a lo largo de toda la Europa Oriental. Con clarividente razón, Wiston Churchill, un hábil pero furibundo enemigo de los bolcheviques, tuvo que rendirse ante la evidencia y reconocer publicamente que los soviéticos habían logrado "destrozar las mismas entrañas del ejército alemán" en Stalingrado.
¿CUÁL FUE EL VERDADERO OBJETIVO DEL DESEMBARCO DE NORMANDIA?
El hecho es que tanto los ingleses como los norteamericanos habían subestimado el enorme potencial humano, moral y militar de la Unión Soviética. Por esa razón, ingleses y estadounidenses terminarian encontrándose con el Ejército Rojo en las mismas puertas de Alemania. Y muy probablemente, si el llamado "Día D" se hubiera retrasado todavia más, se lo hubieran encontrado en las costas del norte de Francia, justo allí donde ellos iban a desembarcar.
La verdad histórica es muy distinta, pues, de aquella que intenta presentarnos el desembarco de Normandía como la "operación militar decisiva" que puso fin a la Segunda Guerra Mundial . La realidad es que aquél desembarco no fue otra cosa que la apertura tardía de un segundo frente, cuando ya la Alemania de Hitler se encontraba desvencijada, agotada y proxima a la derrota.
El siempre retrasado desembarco de norteamericanos e ingleses en las playas de Normandía, tenía como principal objetivo impedir que a tan sólo un año antes de finalizar la contienda, el Ejército soviético obtuviera en solitario la victoria militar en Europa.
Pero pese a haber tenido lugar aquél desembarco en el norte de Francia, en el Frente Oriental fue donde continuaron librándose las batallas claves de la Segunda Guerra Mundial. Y, además, con una particularidad que resulta necesario agregar: mientras las tropas aliadas en su avance por Europa occidental fueron derrotadas por los maltrechos ejércitos alemanes en dos importantes batallas -las Árdenas y en el Market Garden -, el Ejército Rojo marchó imparable, victoria tras victoria, su avance ininterrumpido hacia Berlín.
Con Hollywood o sin Hollywood, esto fue lo que realmente sucedió, aunque los efectos de la maquinaria mediática haya logrado convencer a millones de personas que historia fue otra distinta.
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