Sexo escándalo en Jewliwod
Impagable Alfredo Jalife en su columna del diario mexicano La Jornada:
Alfredo Jalife
Los 
sexoescándalos en Estados Unidos (EU), en su fase de decadencia, se han 
vuelto la continuación de la guerra política de los partidos Demócrata y
 Republicano por medios eróticos, como hubiera acotado Clausewitz.
La 
epidemia de sexoescándalos politizados –donde han sido decapitados los 
iconos de Hollywood y hasta el ex presidente y ex director de la CIA Daddy Bush–
 ha sacudido la hipócrita pudibundez del bipartidismo en EU, cuyo foco 
central se irradia desde Hollywood con las perturbadoras revelaciones de
 sus conexiones con Israel, el legendario espionaje del Mossad y los 
magnates sionistas del sicalíptico circuito 
cinematográfico/multimediático/legal/financiero/contable donde resalta 
la figura del célebre cineasta israelí-estadunidense Harvey Weinstein (http://goo.gl/NzBBtS).
Dejo de 
lado la sexocracia competitiva de la plétora de acosos y violaciones en 
Hollywood donde, hasta el corte de caja de hoy, Harvey Weinstein lleva 
80 (¡supersic!) denuncias públicas
¿Implosiona
 la nueva Sodoma y Gomorra de EU? ¿Quedará algún impoluto Lot 
superviviente en EU después de su generalizado incendio voluptuoso?
La 
megaexplosividad del sexoescándalo del sádico Weinstein implica en forma
 directa a Ehud Barak, ex premier israelí y ex ministro de Defensa, así 
como al Mossad –mediante la firma israelí Black Cube, repleta de 
veteranos del ejército de Israel– que desplegaron la militarizada Operación Paracaídas para perseguir (sic) sin pudor al raudal de mujeres y periodistas denunciantes.
¿El acoso sexual y la prostitución, acoplados de su sincrónico espionaje, son armas sionistas del instrumental bélico de Israel?
The Times of Israel exhibe las conexiones epicúreas del ex premier Barak y el Mossad con el sádico sexual y confeso sionista Weinstein (http://goo.gl/zMDaWc).
Jonas 
Alexis devela que las poderosas fuerzas en Hollywood y el régimen de 
Israel son esencialmente las dos caras de la misma moneda, como es el 
caso del cineasta Arnon Milchan, agente secreto israelí encubierto en 
Hollywood, y quien, gracias a la ayuda del ex primer ministro Shimon 
Peres, Premio Nobel de la Paz (sic), “operó actividades encubiertas de 
Israel en por lo menos 17 países (http://goo.gl/3qPm37)”. ¿Se encontrará el “México neoliberal itamita” entre esos países?
Alexis 
afirma que tanto Shimon Peres como Benjamin Netanyahu utilizaron a 
Milchan para su espionaje, cuyo objetivo era recopilar perfiles 
sicológicos (sic), mayormente enfocados a historias personales y 
sexuales de sus enemigos. Para Alexis no queda duda de que el régimen 
israelí gobierna en Hollywood. ¿Cuál es la novedad?
Tampoco 
lo oculta el ejército israelí que recauda fondos sin ningún rubor en 
EU en apoyo a su misión en Israel y en Palestina ocupada, en medio de 
los sexoescándalos, con el apoyo conspicuo de Barbra Streisand y el 
israelí-estadunidense Haim Saban, jerarca de Univisión y socio de la 
agónica Televisa, además de megadonador de los Clinton, como refiere 
Philip Giraldi, director del Council for the National Interest, en su 
turbulento artículo “La máquina estadunidense de dinero de Israel (http://goo.gl/AeoCU7)”.
La 
obsesión de Israel/Mossad/Hollywood es controlar los multimedia por 
doquier, como es el caso de la simbiosis de Univisión y Televisa (http://goo.gl/UvHWf9),
 donde resaltan, además de la propiedad catastral del polémico Alberto 
Bailleres (fundador del ITAM), tres sujetos israelíes en su consejo de 
administración (http://goo.gl/jPViqD): un presunto hombre de paja de George Soros, quien incitó al asesinato público de Trump (http://goo.gl/AGLKMf),
 así como John Feltheimer (ex vicepresidente de Sony y Columbia TriStar 
Tv Group) y David Zaslav (director de Discovery y varias cableras).
¿Qué 
tanto interés pueden tener Israel, dos de sus ex primeros ministros 
(Barak y Peres), el Mossad y toda su parafernalia legal y contable en 
Londres/París/Nueva York para controlar los desmanes en Hollywood?
Entre 
el ejército de espías, contratados por el confeso sionista Weinstein, se
 encuentran agentes del Mossad que forman parte de Black Cube, siniestra
 firma de espionaje privado con sede en Jaffa (Israel).
Como 
posmoderna Mata Hari, la operadora de Black Cube, Stella Penn –anterior 
miembro de la fuerza aérea de Israel–, bajo el disfraz de feminista 
(sic), embaucó a Rose McGowan, la única actriz que se atrevió a 
denunciar a Harvey Weinstein.
Black Cube –que opera con un grupo de defensa de los derechos femeninos (sic) en la plaza idílica de Londres (http://goo.gl/XHPbzf)”–
 fue fundada en 2010 por altos funcionarios del espionaje israelí 
y mantiene estrechos lazos con el gobierno de Israel y sus agencias de 
espionaje. En su organigrama destaca(ba) en la presidencia honoraria 
(sic) Meir Dagan, anterior mandamás del Mossad, con ex generales (sic) y
 “académicos (sic, http://goo.gl/foAbCm)”.
¿Quién es el representante de Black Cube en México?
No ha 
sido gratuita la denuncia de la controvertida actriz Kate del Castillo 
con las presuntas actividades sicalípticas de la desinformativa 
Televisa, hoy al borde de la quiebra financiera y moral.
Me van a 
perdonar los dilectos lectores, pero no me trago todo el cuento 
hollywoodense del degenerado Weinstein, quien no estaba tan enfermo 
clínicamente para contratar a un ejercito de espías bajo el mando de dos
 ex primeros ministros y ex ministros de Defensa de Israel (Barak y 
Peres).
Se trata 
de la militarización de la pedofilia/prostitución del eje 
Israel-Hollywoood: un lubricado operativo circular de espionaje 
cinematográfico/legal de control político que sirve a los inmundos 
intereses geopolíticos de Israel, del cual Weinstein era un vulgar 
tornillo más de su devoradora maquinaria. Tampoco es gratuita la 
conexión Tel Aviv/Londres (http://goo.gl/aSnevm).
Dejo de lado el sexoescándalo de pedofilia y tráfico de órganos en el albergue de Mamá Rosa (http://goo.gl/WEpw4K) en Michoacán, defendida por el grupo filosionista de Letras Libres. El albergue fue oportunamente incinerado.
Dejo de 
lado también el operativo posísmico del extraño rescate del Mossad y el 
ejército de Israel en Álvaro Obregón 286, Ciudad de México (http://goo.gl/njt5SC).
¿Cuál es 
el significado metafísico y geopolítico del espionaje de la intimidad 
sexual ajena, el síndrome Mata Hari: una de las execrables 
metaespecialidades del Mossad y su desinformativa técnica Hasbara para 
controlar los expedientes políticos de sus enemigos mediante su chantaje
 y extorsión?
Lo peor 
es que los gobiernos anfitriones de Israel/Mossad/Hollywood, permiten 
(cuando no se coluden en forma ignominiosa), las afrentas y canalladas 
contra la democracia y las libertades individuales, y se tornan (cuando 
no en sus tácitos cómplices) en sus rehenes voluntarios.
PD: 
¿Estaré en la lista de Black Cube? Un servidor ha sido objeto de la 
persecución brutal del Mossad y sus instrumentos en Televisa –dejando de
 lado libelos escatológicos: desde el cobarde encañonamiento de mi 
esposa por tres guaruras (denunciado infructuosamente) hasta el 
implacable espionaje delictivo de mi intimidad– y ni el gobierno 
mexicano en turno, ni nuestras entidades de justicia desean impedirlo, 
si es que no lo alientan. Que conste.
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