El paro en España
El embustero de presidente del gobierno español puede decir todas las barbaridades que le dicte la oligarquía y sus empleados; estoy firmemente convencido de que, si quien mintiese se le cayera la lengua a trozos, en este caso el señor Rajoy y su farándula, los españoles íbamos a disfrutar de un silencio ensordecedor que tal vez nos permitiría pensar y razonar serenamente.
Los datos económicos, y en concreto los referidos al paro, rebuznados por el señor presidente, producen vergüenza ajena, máxime sabiendo como es de dominio público que este señor no tiene ni remota idea de economía y que su lectura favorita se reduce a hojear un diario deportivo que no quiero citar por mor de no hacerle publicidad.
Hoy he encontrado un breve artículo de Antón Losada en www.eldiario.es donde enfría algo el ardor propagandístico del embustero en jefe titulado:
Lo que no te cuentan del paro
 Más de cien mil desempleados menos y más de 
doscientos mil afiliados nuevos para la Seguridad Social. Así suenan las
 cifras del empleo de mayo. Ahí acaban las trompetas y las buenas 
noticias. La realidad se encarga de traer las malas. Puede que el 
gobierno tenga esos titulares triunfales que le sirvan como terapia tras
 los pésimos resultados del 24M. Pero la gente seguirá sin tener la 
recuperación económica que estaba esperando y se les había prometido.
 Menos del diez por ciento de los nuevos contratos de trabajo tiene 
carácter indefinido. El incremento de afiliados en la Seguridad Social 
responde en buena parte a empleos que no superan los tres meses de 
duración. Los sectores que más trabajo crean son los dominados por la 
precariedad y la temporalidad, como la hostelería. La tasa de cobertura 
del desempleo ha caído otro punto y nos acercamos peligrosamente a la 
fría evidencia de que la mitad de nuestros parados se queden sin 
cobertura alguna.
 Podemos esperar cuanto queramos y confiar con toda la fe
 del mundo en que esta tendencia de crear casi exclusivamente empleo 
barato y fácilmente prescindible pasará algún día sin saber cómo y 
conforme mejore la economía volveremos a crear empleo de calidad. No 
sucederá. Porque no se trata de una tendencia sino de una constancia. 
Así es la cruda realidad de eso que llaman el "nuevo mercado laboral".
 Con las actuales políticas económicas sólo puede generarse este tipo de
 empleo porque ese es precisamente el objetivo principal de semejantes 
políticas. No se trata de un accidente. Era el plan y funciona.
 En la "nueva economía" los trabajadores son algo que se usa y se tira, 
un factor de producción degradable. La precariedad, la temporalidad y la
 mala calidad del empleo no suponen una excepción. Representan la 
normalidad porque así se logra degradar al trabajador hasta convertirle 
en alguien prescindible cuando ya se le ha extraído todo el valor 
posible.
 Paro estructural y empleo precario 
continuarán conformando la normalidad mientras no cambien las políticas 
económicas. Para crear empleo estable y de calidad necesitamos crecer 
más y eso sólo resultará posible con un incremento fuerte y sostenido de
 la demanda. Algo que únicamente una expansión firme y decidida de la 
inversión pública puede conseguir en una economía como la española. Todo
 lo demás es reparto de la miseria y seguir endeudándose por el total de
 nuestro PIB a cambio de nada.
 Les dirán que no 
tenemos dinero para eso. Sepa que no le cuentan la verdad. En España hay
 dinero de sobra para implementar políticas de crecimiento económico y 
bienestar. No es que no salgamos de pobres. Es que la riqueza está muy 
mal repartida.


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