Un juez de armario con quince escoltas

El blog http://www.espiaenelcongreso.com tiene una serie de entradas formidables que conviene leer para estar al tanto de la corrupción total que campa por este erial llamado España.
Esta entrada es, más que interesante, el reflejo de la degeneración en que ha caído la oligarquía que controla el aparato del Estado. ¡Menuda tropa!

Tal vez recuerden una entrada de hace dos años en este blog que comenzaba:

1 Corintios 6:9-10

Reina-Valera 1960 (RVR1960)
¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 
 http://corralazo.blogspot.com.es/search?q=Yo+soy+la+cuarta+autoridad

Pues eso seguro que nuestros católicos desgobernantes ni se lo han leído, ni se espera que lo lean.







  08 julio 2014
El juez Dívar y el ministro Jorge Fdez Díaz (PP): le puso 15 escoltas aunque dimitiera por 1
El juez Dívar y el ministro Jorge Fdez Díaz (PP): le puso 15 escoltas aunque dimitiera por los gastos de 1
La desfachatez con la que algunos miembros de la “casta” que ocultan su condición sexual utilizan sus privilegios para, amparándose en el tabú o la discriminación positiva, dilapidar fondos públicos, es ya un escándalo que amenaza incluso a la propia solidaridad y simpatía en favor del colectivo homosexual. Primero fue Mariano Rajoy, después el presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, y ahora el ex presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, que dimitió hace 2 años precisamente por usar fondos públicos para sus viajes privados con un escolta. Pero si no quieres un caldo, toma 15 tazas: la cadena SER ha denunciado que, pese a la dimisión y a su indemnización millonaria, el juez Carlos Dívar ya no utiliza 1 sino 15 escoltas, con un coste de 385.000 euros anuales, que le ha asignado el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, mano derecha de Rajoy desde que era titular de Administraciones Públicas. Que en plena debacle económica y laboral de España se siga despilfarrando el erario público con tanta alegría ya no es un problema de ética, moral o salud mental, sino que se introduce de lleno en el Código Penal.
Rajoy siempre perdonó la doble vida del juez Carlos Dívar
Rajoy siempre perdonó la doble vida del juez Carlos Dívar
¿Quien es el juez Carlos Dívar? El más alto cargo de la magistratura que dimitió hace 2 años con estas palabras: “He sufrido una campaña cruel e injusta y tengo una espina clavada por el daño causado a mi intimidad”. Muy emocionado, así se despidió Carlos Dívar de los 20 vocales del Consejo General del Poder Judicial, institución que presidió durante casi cuatro años, convirtiéndose en el primero de los seis presidentes que se vió obligado a abandonar el cargo. Todos pensaban que los gastos privados de una veintena de viajes que cobró alegando que eran para participar en actos públicos habían acabado con una carrera profesional de 43 años, aunque lo cierto es que nadie había exhibido más que Dívar su propia intimidad sexual y ante eso no cabían más lamentaciones que las del error cometido.
Carlos Dívar se agarra a sus escoltas
Carlos Dívar se agarra a sus escoltas: 385.000 euros anuales
Nunca debió pasar como gastos sus cenas y viajes con su escolta, el policía Jerónimo Escorial. Nunca debió llevar su aprecio por el mismo hasta el grado de condecorarlo con galardones judiciales, como la gran cruz de San Raimundo de Peñafort, reservada para el ámbito estrictamente jurídico. Y si no se llegan a producir las denuncias del catedrático Gómez Benítez, las dos hijas del agente hubieran alcanzado la oposición de juezas extendiendo la duda sobre la limpieza en el acceso a los empleos públicos, tan frecuente en este país que ha abandonado el mérito y la experiencia a favor del enchufismo, el compadreo y la mal entendida amistad, convirtiéndose en un rasgo distintivo de la Monarquía partidocrática.
El juez Dívar fue invitado a la boda homosexual del juez Grande Marlasca pero rehusó su asistencia con estas palabras: “Que Dios te perdone”. Su extremada religiosidad le impedía aceptar el enlace entre personas del mismo sexo. De ahí que el suyo se considerara entonces sobre todo un caso de hipocresía con derivaciones de corrupción administrativa.

Dívar y Posada, presidente del Congreso: ambos acusados de corrupción continuada
Dívar y Posada, presidente del Congreso: ambos acusados de corrupción continuada
Y es que Dívar se fue acusado de corrupción moral y económica por pasar como gastos oficiales esa larga ristra de viajes privados y tras airearse que había condecorado a su escolta, con quien compartía cenas, veladas y hoteles. Por eso extraña su reaparición, ya que el premio a tanto estoicismo con el que aguantó 44 días de vendaval informativo fue suculento: Una ley de 1980 le permitía al juez Dívar recibir durante dos años 8.676,84 euros mensuales. En total, percibirá del erario 208.244 euros simplemente por haber sido un alto cargo del Estado, pese a que su salida del puesto se produjo forzado por el escándalo de sus 32 viajes de fin de semana con cargo al presupuesto de la institución que encabezaba. Sus compañeros de toga, miembros igualmente de la casta judicial, ni siquiera le cursaron expediente disciplinario.

Zapatero, Dívar (de espaldas) y Pérez de los Cobos a su lado: magistrados gays que adoran ir con escoltas de día y de noche
Zapatero, Dívar (de espaldas) y Pérez de los Cobos a su lado: magistrados que adoran ir con escoltas de día y de noche
Con ser aberrante el estipendio, lo peor de todo fue que la sombra de la sospecha se alargó sobre la mayor parte de los vocales del Consejo General del Poder Judicial, pues fueron numerosas las voces que reclamaron transparencia sobre los gastos de viaje de los máximos representantes del Poder Judicial en España. Los 20 vocales y el secretario general gastaron en 2011 más de un millón de euros en desplazamientos de los que afirmaron sin escrúpulo alguno que no pensaban aportar ni un solo dato más. “Relaciones internacionales”, “protocolo”, “comidas”, “cenas”, “desplazamiento”, son los epígrafes que figuran en los gastos, pero ni un solo detalle sobre quien los usó, para qué se gastaron, con quien se almorzó o cenó y en que fecha.
Juan Carlos llegó a plantar a Dívar por su conducta
Juan Carlos llegó a plantar a Dívar por su conducta
La controversia sobre Dívar abrió por primera vez en España el debate sobre el control de los gastos de los altos cargos administrativos, lo que se conoce en el argot político como “el chocolate del loro”, pero que en cuestión de imagen y ejemplo ha destrozado la credibilidad de las instituciones y sus usufructuarios, la mayor parte de ellos procedentes de la partitocracia (Dívar fue elegido tras un pacto PSOE-PP rubricado por Rajoy y Zapatero, pero al que se sumaron gustosos Alberto Ruiz Gallardón, su principal respaldo, y Alfredo Pérez Rubalcaba, el ministro que condecoró al agente Jerónimo Escorial, el preferido del juez).
Felipe VI y el juez Dívar: la "herencia" recibida
Felipe VI y el juez Dívar: parte de la “herencia” recibida
Y es que la historia del juez Carlos Dívar es demencial: afirmó que la persona con la que cenaba habitualmente en Marbella y cuyos gastos cargaba al erario público, tenía “carácter oficial”. Su respuesta se produjo tras los jocosos comentarios del periodista rosa y militante gay Boris Izaguirre, que insinuó la homosexualidad del juez y mencionó veladamente su relación con un guardaespaldas en un artículo publicado en el diario “El País” y reproducido por “El Plural”.

El ministro de Justicia Bermejo (PSOE) con Dívar
El ministro de Justicia Bermejo (PSOE) con Dívar
En el Diario de la República Constitucional y en Radio Libertad Constituyente, el abogado y notario Antonio García Trevijano reprochó a Dívar que tardara tanto en dimitir y subrayó que en su pliego de descargo ante la prensa, en ningún momento aprovechó para desmentir su hipotética salida del armario. “Tampoco ha desmentido que su compañía habitual en las cenas de Marbella era la de un varón, y solo ha precisado que su comensal tenía un rango oficial”. El escándalo del juez Dívar, que enfangó la Justicia española hasta extremos nunca vistos, fue enjuiciado severamente por Antonio García Trevijano también como jurista, reprochándole haber dañado a la institución con su nepotismo policial y su corrupción

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