Ucrania, de Mónica Lewinski a Valeri Gueleitei

Cuento para mayores.

Había una vez un país llamado nunca jamás que se apropió de las libertades, del Derecho Internacional,  de las riquezas de cuantas  naciones se pusieron a su alcance -siempre y cuando fuesen débiles militarmente hablando- en el nombre de un supuesto Destino Manifiesto que un tal Yavé les había concedido, ni dios sabe por qué, concediéndoles bula eterna para hacer lo que les pasase por los cojones juntamente con su colega Israel.
Ese país, robado a sus legítimos propietarios, una serie de tribus mongolas procedentes de Asia que en sucesivas oleadas ocuparon América desde el aproximadamente 30. 000 antes de Cristo hasta el 10.000 antes de Cristo, tras el establecimiento de los primeros colonos anglosajones protestantes en la costa este y su posterior independencia de Inglaterra con la ayuda de Francia y de España, -los Bourbons siempre porculeando con su miopía histórico histérica rijosa- se dirigieron en plan nazi hacia el oeste chupando tierras como locos hasta apalancarse dos millones de kilómetros cuadrados de territorio mexicano. "Bendice, señor, las tierras que hemos robado en tu nombre para nuestro beneficio", beneficio de cuatro terratenientes, demócratas, eso sí.
Luego le dieron la puntilla al decadente imperio español mediante una operación de falsa bandera-el Maine- robando los despojos.
Un hijo de perra gringo que hasta fue presidente, vomitó lo de "América para los americanos", pero se olvidó decir que los americanos solo eran ellos, el segundo "pueblo elegido".
Dieron golpes de Estado en toda América, violaron, masacraron, torturaron, robaron, quitaron y pusieron presidentes, intervinieron en la I Guerra Mundial cuando ya estaba cantada la derrota del imperio austrohúngaro, desembarcaron en las playas de Normandía cuando los soviéticos estaban en los arrabales de Varsovia y, en un alarde de incompetencia militar suprema tardaron en llegar a París CUATRO MESES-otra cosa es la propaganda del cine...- y en las Ardenas por poco los vuelven a las playas de Normandía.
Volvamos al presente próximo pasado donde una askenazi sionista le come el rabo al tonto del haba de Clinton, casado con otra askenazi, por cierto. Una vez con el rabo comido, el presidente está cogido por el rabo y por los cojones por el lobby judío gringo y se convierte en una marioneta a su servicio.
Ahora toca dar un salto temporal y situarnos en la ciudad de Kiev, capital de este despojo basura llamado Ucrania donde el ministro de defensa de esta mierda de muladar nazi  apoyado por Europa y USA se arrodilla ante un criminal gringo con rango de embajador que atiende, como los perros, al nombre de TEFFT, antiguo embajador en Georgia cuando esta finca- instigada por este cerdo- intentó tocarle los cojones al oso ruso.
No tengo ninguna foto del ministro comiendo rabo de embajador, pero sería interesante...


ESTE OTOÑO INVIERNO PROMETE SER MUY, MUY FRIO...


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