Salvador Puig Antich


IN MEMORIAM


El 2 de marzo de 1.974, Puig Antich fue ejecutado por el régimen franquista mediante el garrote vil tras un teatrillo de juicio militar donde, acusado de la muerte de un miembro de la brigada político social de la dictadura, fue declarado culpable.

Aquel día, Salvador tenía una cita con dos miembros del MIL para hablar de la disolución del grupo y de su posible integración en la "OLLA", nombre ficticio dado  por la policía a un grupo cuyo radio de acción quedaba reducido a Barcelona capital. Esa cita la delató bajo tortura Santiago Soler Amigó miembro del MIL quien había sido detenido; así el 25 de septiembre de 1.973, la policía preparó la encerrona de la calle Gerona número setenta donde se encontraba el bar "el funicular" en el que Santiago tenía la cita con Xavier Garriga y a la que acudió también Salvador. Cinco policías los introdujeron en el portal contiguo donde se inició un forcejeo que acabó con la breve huida y posterior detención de Xavier, un policía muerto y Salvador malherido de bala.

La "OLLA" era un grupúsculo compuesto por once personas de ideología marxista, anarquista y nacionalista dividido en dos secciones a imagen de la antigua ETA, la militar encargada de asaltos a bancos y de atentados a monumentos fascistas y la sección política encargada de contactos con otras organizaciones, información, etc. Como suele suceder con revolucionarios de pacotilla armados, el árbol de la prisa y la fiebre de la acción les hizo perder de vista el bosque de la paciencia, el trabajo lento y perseverante de base, la creación de un programa político y su difusión, discusión y revisión, la ampliación de la base y su integración en el grupo, por no hablar de los nuevos problemas de seguridad que acarrearía tal ampliación...Demasiada prisa, demasiado activismo, demasiado desprecio por desconocimiento de la realidad de un país en la encrucijada de una crisis de un régimen que cuatro visionarios con una pistola creían poder desmontar...

Hubo más de una discusión al respecto del activismo, en especial cuando el iluminado del aparato militar pretendió que toda la escuálida organización anónima-dado que ni tan siquiera tenía nombre- pasase a la lucha armada.La historia demuestra hasta la saciedad que cuando el militarismo se adueña de un movimiento, este está condenado al fracaso.

Ciertamente se discutió la posibilidad de asaltar el hospital clínico de Barcelona y liberar a Salvador, mas hubo que rendirse a la evidencia: era prácticamente imposible llevar a cabo tal acción. Tan imposible como que una edición de carteles en favor de Salvador fuese pegada en las calles de Barcelona por otras organizaciones. En concreto cabe citar la gran ayuda de la UGT de la Hispano Olivetti de Barcelona que pidió un cartel, sólo uno...

Tras el asesinato de Salvador, la "OLLA" sufrió una importante caída en un transporte de armas desde Suiza que ocasionó su desbandada y desaparición. Después sólo quedaron cenizas...

Quien tenga prisa que corra, pero él solo.














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