Creced y multipli-cáos
Jamás he leído un libro tan perverso como la biblia, jamás. De esta basura inmunda han surgido tanto la excrecencia del cristianismo, como la basura del islam. La pútrida trinidad -judaísmo, cristianismo e islamismo-, tres religiones a cual más perversa y un sólo origen verdadero, los sacerdotes judíos compadres de un tal Moisés que huyendo a uña de caballo de Egipto hacia el año 1700 A.C. hicieron un potaje de religiones que dura hasta el presente, merece por mérito propio un lugar especial en el altar de la ignominia. Asesinato, sodomía, violación, castración, destrucción, robo, saqueo, limpieza étnica, perversión, incesto, todo está bendecido por un tal Yavé, dios que parió el mundo en seis días y descansó el día séptimo por el esfuerzo...
Leemos en esa basura tras crear a Adán, arrancarle una costilla y hacer de ella una mujer:
1-28 Y los bendijo, diciéndoles: "Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra".
De este modo les concedió un pasaporte santificado hacia la catástrofe: a crecer sin parar en un planeta finito. Eso es lo que dijo el fulano ese que no tenía ni puta idea de lo que son los límites del crecimiento en un planeta finito. Es más, dijo que sometiesen a la tierra y dominasen todo lo que se moviese.
Tan solo faltaba escribir:
Post data: hasta que os ahoguéis en vuestros propios vómitos, bilis, o gusanos.
A fecha de hoy somos unos 7.000 millones de personas en el planeta de los que más de la mitad viven en la más puta miseria. Si bien es cierto que el mundo está más que muy mal repartido, también es cierto que el aumento exponencial de la población sumado a la ambición sin límites de una minoría de saqueadores y acaparadores de los recursos del planeta hacen que las perspectivas de futuro parezcan cada día más sombrías. Sencillamente la presión ejercida sobre los recursos disponibles es insostenible.
No hay milagros, ni tan siquiera tecnológicos...
Miren el planisferio. En ese círculo de Asia viven más personas que en el resto del planeta, unos 3.900 millones; curioso, ¿verdad?, pero, ¿cómo viven?
Leemos en esa basura tras crear a Adán, arrancarle una costilla y hacer de ella una mujer:
1-28 Y los bendijo, diciéndoles: "Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra".
De este modo les concedió un pasaporte santificado hacia la catástrofe: a crecer sin parar en un planeta finito. Eso es lo que dijo el fulano ese que no tenía ni puta idea de lo que son los límites del crecimiento en un planeta finito. Es más, dijo que sometiesen a la tierra y dominasen todo lo que se moviese.
Tan solo faltaba escribir:
Post data: hasta que os ahoguéis en vuestros propios vómitos, bilis, o gusanos.
A fecha de hoy somos unos 7.000 millones de personas en el planeta de los que más de la mitad viven en la más puta miseria. Si bien es cierto que el mundo está más que muy mal repartido, también es cierto que el aumento exponencial de la población sumado a la ambición sin límites de una minoría de saqueadores y acaparadores de los recursos del planeta hacen que las perspectivas de futuro parezcan cada día más sombrías. Sencillamente la presión ejercida sobre los recursos disponibles es insostenible.
No hay milagros, ni tan siquiera tecnológicos...
Miren el planisferio. En ese círculo de Asia viven más personas que en el resto del planeta, unos 3.900 millones; curioso, ¿verdad?, pero, ¿cómo viven?
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