La ley de la coz en la boca
Jorge Fernández pasando revista a los perros.
Hay un ministro de represión, tortura y quebrantamiento de cabezas y de huesos llamado ministro del interior-cuando los golpes no dejan huella-, y que debiera fungir también como de exteriores, cuando la sangre brota a borbotones, como estamos más que hartos de comprobar en las manifestaciones que el reverendo ministro pretende acallar mediante una ley nazi.
El ministro de apaleamiento interior y exterior llamado Jorge Fernández Díaz aquí, en cuerpo y alma , amén de ser un santo varón, émulo de las proezas del beato, perdón, santo José Mary Escrivá de Balaguer, cura franquista donde los hubiere, reaccionario de pro, por tanto y sostén ideológico del fascismo patrio, no contento con formar parte de una secta que se compró un papa y un "santo", pretende evangelizar al pueblo español a la manera celtíbera de " a Dios rogando y con el mazo dando" tan cara a su secta.
Para ello, no hay nada mejor que formar parte de un gobierno de meapilas y folla tabiques como el actual en el que le han cargado la porra y el aporreo como función a mandar ejercer, gracias a que una inmensa mayoría de 1 de cada 3 siervos con derecho a voto han votado a su partido. Y no me vengan con el cuento de que 1 de cada 3 no es mayoría absoluta, porque en España sí que lo es, faltaría más que los señoritos no pudiesen hacer lo que les pase por los cojones...
Mas, héte aquí, que más allá de los Pirineos, frontera natural que nos separa de Europa en la que nos metieron a coces los cabestros de Felipe González Équis y su banda o partida de bandoleros, tras atravesárseles la lectura del anteproyecto nazi de ley de la coz en la boca del mealipas, ley de seguridad ciudadana nada menos-ya veremos la próxima ley de inseguridad ciudadana-, no han tenido más remedio que levantar la voz contra esta salvajada que intenta consagrar un auténtico estado de excepción permanente, que es lo que les gusta a estos salvajes, en especial al promotor de la ley el tal Fernández hijo de un militar rebelde que, de haber perdido la guerra, habría sido pasado por las armas por rebelión militar.
Amadísimo hermano Jorge: escrito está que amarás a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a tí mismo. Debes de odiarte muchísimo, fariseo, sepulcro blanqueado por fuera...
Mientras el ministro se regodea en su auto odio, les dejo con una nota del Consejo de Europa al respecto:
Hay un ministro de represión, tortura y quebrantamiento de cabezas y de huesos llamado ministro del interior-cuando los golpes no dejan huella-, y que debiera fungir también como de exteriores, cuando la sangre brota a borbotones, como estamos más que hartos de comprobar en las manifestaciones que el reverendo ministro pretende acallar mediante una ley nazi.
El ministro de apaleamiento interior y exterior llamado Jorge Fernández Díaz aquí, en cuerpo y alma , amén de ser un santo varón, émulo de las proezas del beato, perdón, santo José Mary Escrivá de Balaguer, cura franquista donde los hubiere, reaccionario de pro, por tanto y sostén ideológico del fascismo patrio, no contento con formar parte de una secta que se compró un papa y un "santo", pretende evangelizar al pueblo español a la manera celtíbera de " a Dios rogando y con el mazo dando" tan cara a su secta.
Para ello, no hay nada mejor que formar parte de un gobierno de meapilas y folla tabiques como el actual en el que le han cargado la porra y el aporreo como función a mandar ejercer, gracias a que una inmensa mayoría de 1 de cada 3 siervos con derecho a voto han votado a su partido. Y no me vengan con el cuento de que 1 de cada 3 no es mayoría absoluta, porque en España sí que lo es, faltaría más que los señoritos no pudiesen hacer lo que les pase por los cojones...
Mas, héte aquí, que más allá de los Pirineos, frontera natural que nos separa de Europa en la que nos metieron a coces los cabestros de Felipe González Équis y su banda o partida de bandoleros, tras atravesárseles la lectura del anteproyecto nazi de ley de la coz en la boca del mealipas, ley de seguridad ciudadana nada menos-ya veremos la próxima ley de inseguridad ciudadana-, no han tenido más remedio que levantar la voz contra esta salvajada que intenta consagrar un auténtico estado de excepción permanente, que es lo que les gusta a estos salvajes, en especial al promotor de la ley el tal Fernández hijo de un militar rebelde que, de haber perdido la guerra, habría sido pasado por las armas por rebelión militar.
Amadísimo hermano Jorge: escrito está que amarás a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a tí mismo. Debes de odiarte muchísimo, fariseo, sepulcro blanqueado por fuera...
Mientras el ministro se regodea en su auto odio, les dejo con una nota del Consejo de Europa al respecto:
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