Precio de la gasolina
En el "libre mercado" la oferta y la demanda se ajustan idealmente hasta conseguir un equilibrio en forma de seráfico justiprecio.¿A que sí?
Pues no. Lean este fantástico post del blog ataque al poder y comprobarán hasta qué punto la chusma oligopólica del nicho petrolero estafa hasta al más pintado.
Bienvenidos al mundo real de Hispanistán, y recuerden lo leído cuando se acerquen a repostar a cualquier gasolinera.
Espero  que lo que voy a contar cause la misma expresión de sorpresa a vosotros  que me causó a mí. Se trata de lo siguiente, cuando dirigía La Banca (para más detalle en la barra: Quien soy)  estaba cansado de oír a todo el mundo que cuando subía el precio de la  gasolina, porque subía el barril de petróleo, se daba la circunst6ancia  que no bajaba cuando bajaba el dichoso barril. Me llevó mí tiempo pero  finalmente recopile los datos: los últimos cinco años de la cotización  del dólar y el precio internacional del barril de petróleo contrastado  con el precio de distintas gasolinas en las estaciones de servicio. De  esta manera pretendía llegar al fondo de la cuestión. Cuando finalice la  recopilación y pude sacar conclusiones mostraba que el populacho tenía  razón. El precio en las gasolineras era caprichoso, por decirlo de la  mejor manera, digamos que iba a su aire. Así, que me presenté en el  Ministerio de Hacienda, sin cita previa, y solicité audiencia con el  funcionario responsable de los Impuestos sobre los Carburantes. Con  cierta sorpresa, por su parte, el buen hombre me atendió. En cuanto pude  le solté el trabajo que mostraba claramente que nos estaban tomando el  pelo. El funcionario lo tomo en sus manos, leyó el título de la portada y  me dijo:”Vaya, se trata de esto” y sin detenerse demasiado pasó un par  de páginas y me lo devolvió acompañado de un sonoro “Ha perdido usted su  tiempo, esto no le sirve para nada”. Era lo último que podía esperar, a  lo que expuse: “Pero que me dice, este estudio tiene más de 60  registros concienzudamente anotados, contiene la media de la última  semana del mes y está repasado a conciencia”. Su respuesta fue tajante:  “No se lo discuto, de lo que se trata es que el precio de la gasolina no se rige por el barril de petróleo sino por la subasta Platts”  a lo que añadió: “Creo que usted lo tendría que saber”. Me quedé de  pasta de boniato. A lo que pregunté: “¿Está usted seguro de lo que me  dice?” y respondió: “No lo voy a estar, si yo soy el funcionario que  cuida del control de los precios definitivos de la subasta y de  recopilar la información que remiten las petroleras sobre los aplicados  en las gasolineras”.
Evidente, cuando se sabe, la cotización internacional del barril de petróleo es un referente de la materia prima pero el precio del producto acabado se obtiene por la subasta Platts que más adelante me referiré a ella. Ahora para definir esta subasta sería conveniente traer a colación lo que Wikipedia nos proporciona: “En economía entiende por precios Platts a los precios estándar o de referencia a nivel mundial de una muy extensa variedad de productos básicos para la manufactura de la industria. Así, basándose en los precios Platts, se establecen en todo el mundo los precios de compra y venta de los diferentes recursos obtenidos del petróleo, la electricidad, el gas natural, el carbón, la energía nuclear, la refinación petroquimica y la explotación de los metales; como por ejemplo: gasóleos, gasolinas, megavatio eléctrico, megavatio eólico, gas propano antracita, benzeno, metanol, oro, aluminio y un larguísimo etcétera. El precio Platts de un producto se establece con la cotización más alta del mismo al cierre del mercado del día anterior. En la globalización de la economía mundial de hoy en día, el acceso a estos datos suponen una gran ventaja para las empresas al conocer con un día de antelación los precios de compra de las materias con las que trabajan”.
Estamos  perdidos, esta clase de capitalismo salvaje nos esta llevando como  borregos por la senda de la ignorancia y nos han montado un tinglado que  no deja de ser de apariencia y lujosa legalidad mientras entre  bambalinas tienen montado un artificio de trampa y engaño que les hace  infinitamente ricos mientras el populacho día a día pierde su capacidad  adquisitiva. La palabra mágica es subasta. El Estado,  el pobre y incauto Estado todavía cree que todo el mundo es bueno y que  estos maleantes que ostentan el poder económico van a montar una subasta  y no van a ser capaces de manipularla con la millonada estratosferita  que se mueve. Sería conveniente que le echaras un vistazo al post Una oligarquía sin entrañas encarece el recibo de la luz (1)  para que puedas apreciar los estragos que la manipulación de la subasta  CESUR (Compra de Energía para el Suministro de Último Recurso) que fija  el cálculo de la tarifa eléctrica  através de una convención de  empresas que juegan a subirse los precios durante las fechas y plazos  prefijados para calcular el precio final. Es una pantomima consentida  por el gobierno de turno que en los últimos 5 años, el sindicato del  crimen de las compañías eléctricas, a disparado la tarifa en un 60% y  encima dicen, y el gobierno lo avala, que tenemos un endeudamiento de  24.000 millones de euros. Los precios platts es más de lo mismo,  un oligopolio de compañías que juegan a inflar sus beneficios a través  de una fácil manipulación ya que, al igual que la electricidad,  se trata de la lindeza que el mismo que produce es el mismo que vende y  el mismo que fija el precio. Con la gasolina ocurre igual, una  amañada subasta de trileros ya que el mismo que extrae el crudo es el  mismo que lo refina y el mismo que lo vende en las estaciones de  servicio. Santa inocencia.
La subasta es la artimaña perfecta para aquellas compañías que cubren todos los ciclos de la producción y comercialización cuando a la vez son el comprador y vendedor. ¿Que credibilidad puede tener este sistema? ¿Los gobiernos no se dan cuenta que es una tomadura de pelo? Hay asuntos que son incompatibles, no puede ser el mismo que audita a una compañía y a la vez ser Consulting para proporcionar vías de escape y fraude encubierto, no se puede ser a la vez policía y ladrón. En el fondo todo es el mismo truco solo que con variantes. Es el Banco Central Europeo que fija el precio del dinero, pero la banca prescinde de la fijación, digamos oficial, del tipo de interés y monta el euribor como indicador particular. En definitiva, el euribor es un índice que se establece por el precio (el tipo de interés) que pagan los bancos cuando se prestan entre ellos. Podríamos decir que es una subasta. Peligro ya ha aparecido la palabra maldita “subasta”; resulta que hay más que indicios de que el euribor es un camelo que lo prefijan, a su conveniencia, una docena de los mayores bancos europeos. Millones de hipotecas están referenciadas a este índice. Ahora, con la hecatombe que soporta la banca se les ha visto el plumero: no hay liquidez ni para cubrir las necesidades propias como para ir prestando dinero a otras entidades. Esta es la situación el mercado: esta muerto. Ningún banco presta un euro a otro por lo que el índice tendría que ser cero patatero. Al igual que la gasolina tiene su teatrillo con la subasta Platts con un prestigioso maestro de ceremonias como es la multinacional McGraw-Hill en el euribor aparece en escena, como notario –esta es la clave- Thomson Reuters la mayor corporación mundial de información financiera que dan fe de la transparencia, pureza y nitidez con que se opera. Para más información opeuribor.es
La lucrativa historia de un litro de gasolina.
Cuando  en las gasolineras apareció que un litro de carburante se tenía que  pagar a un euro parecía que se había tocado el techo, los precios no  podían ir a más. Como siempre Forges tenía razón: la sociedad civil esta  ajilipollada y los piratas se aprovechan de este estado de somnolencia.  El resultado no puede ser otro: la competencia brilla por su ausencia,  los usuarios del automóvil, y la industria del transporte se encuentran  atrapados en una oferta que se regula para abastecer una demanda que  conocen de antemano que es elástica. Muchísimo más tendrían que subir  los precios de los carburantes para que esta se retraiga de forma  considerable. De tal suerte para las petroleras, tal desgracia para los  consumidores: el precio todo lo aguanta. Ninguna de las petroleras que  abastecen el mercado esta obsesionada por reducir los costes de  producción, la obsesión -ya enfermiza- se pronuncia en agrandar el margen por la vía del incremento de los precios.  Sin aquilatar al céntimo y para que sirva de orientación –como media de  coste de los distintos tipos de gasolinas- la que a continuación se  describe es la asombrosa evolución de un litro de gasolina de 95  octanos, la más común que en estas semanas los piratas han conseguido,  dándole a la manivela con el garfio, el euro con cincuenta céntimos. Una  barbaridad, pero pasemos ahora a esta historia que es una historia real  como la de cualquier producto que está basado en los costes de  producción y comercialización hasta que llega al consumidor final. No  parece que este planteamiento tenga visos de chaladura. Dicho esto, lo  que no voy a seguir es la paranoia de lo que ya hemos deducido en la  primera parte de este post respecto al seguidísimo rollo del precio en  dólares del barril de petróleo y los precios Platts de la gasolina.  Partamos de una observación razonable: no todo el crudo que se extrae llega al mercado.  Me explico, las grandes petroleras como ExxonMobil, Chevron, Royal  Dutch Shell, o British Petroleum (o Repsol que con YPF ostentaba la  octava posición en el ranking mundial) ponen su producción a disposición  de terceros por lo que se autoabastecen de su propia extracción. El negocio del petróleo está en disponer, bajo una estructura societaria, todas las fases de su producción y comercialización,  es como si la prensa escrita tuviera que participar en la industria  maderera para obtener la pulpa con que sus fabricas pudieran  manufacturar papel para poder imprimir sus noticias y distribuirla a sus  propios, y exclusivos, kioscos de venta. ¿Parece extraño, verdad? Por lo tanto, alguna razón debe de haber para que la industria sacadinero actúe de esta manera. 
También  sabemos la influencia en el precio, por el método de abrir o cerrar el  grifo propiciado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo,  todos, países exportadores y compañías petroleras reman en la misma dirección de poder alcanzar el precio más alto posible.  Para que esto ocurra esta tropa de inquisidores nos ocultan el coste de  producción con el fin de publicitar el amañado precio que alcanza el  barril de petróleo. Este referente, no nos puede hacer olvidar que por  mucho que la mona se vista de seda mona se queda. La mona en formato de  mercado es tan solo un movimiento especulativo. Es del todo imposible  que los vaivenes en el precio, del dichoso barril, puedan tener algo que  ver con la oferta y la demanda. Por el contrario siempre hay un pito o  una flauta que justifique una escalada en el precio por cualquier  conflicto propiciado por los mismos intereses. La cotización del  barril de petróleo, para las petroleras, es un talismán para orientar  un precio a su producto final lejos de sus costes de producción. Tiene  que quedar claro que el precio del dichoso barril es un fetiche, un  amuleto para asegurarse un referente en el enriquecimiento empresarial. Con este preámbulo ahora podemos seguir con la lucrativa historia de un litro de gasolina.
El coste de extracción de crudo de petróleo para cualquier de las petroleras que disponen de yacimientos es el equivalente a 4 céntimos de euro por litro de combustible. A pesar de este exiguo precio de extracción, están los precios que cotizan en el mercado internacional. Quienes disponen de los yacimientos petrolíferos regulan su producción para mantener una oferta al límite de la demanda. Abriendo y cerrando el grito de la producción consiguen la especulación de los precios. Las petroleras que completan el ciclo de extracción, refino, y venta minorista, ven incrementado su margen por los vaivenes de los precios internacionales. Pero los costes poca oscilación tienen, en algunas zonas de difícil perforación lógicamente se incrementan. No obstante, en una cascada de empresas holding, la petrolera Repsol, por ejemplo, pagará a la empresa que cuida de la explotación de un yacimiento -su propio yacimiento- lo equivalente a 20 céntimos por litro. Se admite en esta fase de la explotación una desviación de la mitad al doble de coste. Repsol llegó a admitir que el coste de explotación del yacimiento frente a las costas de Tarragona estaba sobre 4 céntimos de euro por litro.
En  este momento la historia de nuestro litro de gasolina acumula 24  céntimos de euro. Si la extracción de crudo de petróleo ha sido un  negocio más que lucrativo, la siguiente fase del proceso, el refino, es  más de lo mismo. Este proceso del refino incrementará el litro de  gasolina en 13 céntimos de euro. El negocio, según  datos de la petrolera Repsol, le aportará un margen bruto –tan solo en  la refinería de Tarragona- de 360.000 euros diarios. Con estos 13  céntimos añadidos al litro de gasolina, este oro negro se pone en 37  céntimos de euro. Cuando el producto ya ha pasado por el proceso de  elaboración del refino su coste originario se ha multiplicado por casi  nueve veces. Por cada mano que ha pasado le ha pegado un zarpazo al  precio, la petrolera se reserva su margen de beneficio en el proceso  añadiendo 46 céntimos de euro que representa un 124% de  margen. Con lo que el litro de gasolina se pone a 83 céntimos. Al  consumidor todavía le espera la fiscalidad, que en la gasolina de 95  octanos es nada menos que una tasa de 44 céntimos por el impuesto especial para los carburantes que sitúa el litro en 1,27 euros.
Es de destacar la poca información que por parte de los gobiernos de turno prestan a dejar claro que es una tasa fija la que grava los carburantes; Esto viene a decir que cada euro que las petroleras encarecen el producto va directamente a su bolsillo. Una vez que el litro de gasolina esta listo para ser vendido en las gasolineras se añaden 23 céntimos por el impuesto del IVA el Impuesto sobre el valor añadido. ¡Si, si, un impuesto sobre otro impuesto!. Los impuestos especiales, tanto los que gravan la fiscalidad en las tarifas eléctricas como en los carburantes, permite la ley que se les pueda repercutir el IVA sobre otro IVA. Y es ahí donde nos vamos al precio máximo registrado estas semanas de 1,50 euros litro. Así, como el que no quiere la cosa el impuesto representa un 44,6 % sobre el precio total, en este caso 44 céntimos por el Impuesto Especial sobre los Carburantes y 23 céntimos por el IVA, con un total de 67 céntimos, que no es poco. En años anteriores, cuando el precio estaba más moderado, el porcentaje fiscal llegaba hasta el 70% del precio.
Para  no liar más el asunto esta incluido en los coste del producto el  transporte desde los depósitos de la Compañía Logística de Hidrocarburos  (CLH) y tendrá que viajar hasta la estación de servicio. Este recorrido  incrementara en céntimos el litro de gasolina que no vienen al caso  teniendo en cuenta al precio por las nubes que todo lo arrasa. Una vez  situado el litro de gasolina en los depósitos de la estación de servicio  ya estará listo para que usted pueda repostar su vehiculo. Bombear un  litro de gasolina desde el depósito de la estación de servicio hasta su  depósito –contando que en la mayoría de puntos de venta la operación la  hará usted mismo- le costara más que a la petrolera le cuesta extraer un  litro de crudo a 3.000 metrosde profundidad en el desierto kuwaiti. Como  conclusión y a ojo de buen cubero los 46 céntimos de margen que obtiene  Repsol por litro cuando el barril se cotiza a 119 dólares es una  millonada que para mayor astracanada no se ver reflejada en su balance  contable. Este sindicato del crimen lo tiene todo: esconde el  Impuesto Especial sobre los Carburantes recaudado, engulle el Impuesto  sobre Sociedades y se lo reparte alegremente y practicando la cuenta de  la vieja sus beneficios son mucho más de los declarados. Mientras tanto  la cola del paro se hace más larga. Más de un presidente ha tenido que  abandonar, precipitadamente, por el tejado de su casa rosada o de su  megalómano palacio a bordo de un helicóptero, no sea que Rajoy y su  camarilla lo tengan que hacer en cohete con destino la Luna cuando el  personal currante se entere de la mangancia practicada.
AVISO a los habituales de este blog: Tengo problemas, desde hace unas semanas, con los comentarios enviados ya que no me da opción de “aprobar” por lo que no pueden ser transferidos al post referenciado. Llegan prefijados con “rechazar”. Creía que era un falla momentánea del sistema, pero al parecer no es así, me he podido informar que son “cookies de terceros” este es el diagnostico facilitado. Ataquealpoder anda jodido por alguien cabreado con lo que aquí se dice. Que le vamos hacer.
Pues no. Lean este fantástico post del blog ataque al poder y comprobarán hasta qué punto la chusma oligopólica del nicho petrolero estafa hasta al más pintado.
Bienvenidos al mundo real de Hispanistán, y recuerden lo leído cuando se acerquen a repostar a cualquier gasolinera.
El precio de la gasolina está orquestado en una subasta de trileros
Evidente, cuando se sabe, la cotización internacional del barril de petróleo es un referente de la materia prima pero el precio del producto acabado se obtiene por la subasta Platts que más adelante me referiré a ella. Ahora para definir esta subasta sería conveniente traer a colación lo que Wikipedia nos proporciona: “En economía entiende por precios Platts a los precios estándar o de referencia a nivel mundial de una muy extensa variedad de productos básicos para la manufactura de la industria. Así, basándose en los precios Platts, se establecen en todo el mundo los precios de compra y venta de los diferentes recursos obtenidos del petróleo, la electricidad, el gas natural, el carbón, la energía nuclear, la refinación petroquimica y la explotación de los metales; como por ejemplo: gasóleos, gasolinas, megavatio eléctrico, megavatio eólico, gas propano antracita, benzeno, metanol, oro, aluminio y un larguísimo etcétera. El precio Platts de un producto se establece con la cotización más alta del mismo al cierre del mercado del día anterior. En la globalización de la economía mundial de hoy en día, el acceso a estos datos suponen una gran ventaja para las empresas al conocer con un día de antelación los precios de compra de las materias con las que trabajan”.
La subasta es la artimaña perfecta para aquellas compañías que cubren todos los ciclos de la producción y comercialización cuando a la vez son el comprador y vendedor. ¿Que credibilidad puede tener este sistema? ¿Los gobiernos no se dan cuenta que es una tomadura de pelo? Hay asuntos que son incompatibles, no puede ser el mismo que audita a una compañía y a la vez ser Consulting para proporcionar vías de escape y fraude encubierto, no se puede ser a la vez policía y ladrón. En el fondo todo es el mismo truco solo que con variantes. Es el Banco Central Europeo que fija el precio del dinero, pero la banca prescinde de la fijación, digamos oficial, del tipo de interés y monta el euribor como indicador particular. En definitiva, el euribor es un índice que se establece por el precio (el tipo de interés) que pagan los bancos cuando se prestan entre ellos. Podríamos decir que es una subasta. Peligro ya ha aparecido la palabra maldita “subasta”; resulta que hay más que indicios de que el euribor es un camelo que lo prefijan, a su conveniencia, una docena de los mayores bancos europeos. Millones de hipotecas están referenciadas a este índice. Ahora, con la hecatombe que soporta la banca se les ha visto el plumero: no hay liquidez ni para cubrir las necesidades propias como para ir prestando dinero a otras entidades. Esta es la situación el mercado: esta muerto. Ningún banco presta un euro a otro por lo que el índice tendría que ser cero patatero. Al igual que la gasolina tiene su teatrillo con la subasta Platts con un prestigioso maestro de ceremonias como es la multinacional McGraw-Hill en el euribor aparece en escena, como notario –esta es la clave- Thomson Reuters la mayor corporación mundial de información financiera que dan fe de la transparencia, pureza y nitidez con que se opera. Para más información opeuribor.es
La lucrativa historia de un litro de gasolina.
El coste de extracción de crudo de petróleo para cualquier de las petroleras que disponen de yacimientos es el equivalente a 4 céntimos de euro por litro de combustible. A pesar de este exiguo precio de extracción, están los precios que cotizan en el mercado internacional. Quienes disponen de los yacimientos petrolíferos regulan su producción para mantener una oferta al límite de la demanda. Abriendo y cerrando el grito de la producción consiguen la especulación de los precios. Las petroleras que completan el ciclo de extracción, refino, y venta minorista, ven incrementado su margen por los vaivenes de los precios internacionales. Pero los costes poca oscilación tienen, en algunas zonas de difícil perforación lógicamente se incrementan. No obstante, en una cascada de empresas holding, la petrolera Repsol, por ejemplo, pagará a la empresa que cuida de la explotación de un yacimiento -su propio yacimiento- lo equivalente a 20 céntimos por litro. Se admite en esta fase de la explotación una desviación de la mitad al doble de coste. Repsol llegó a admitir que el coste de explotación del yacimiento frente a las costas de Tarragona estaba sobre 4 céntimos de euro por litro.
Es de destacar la poca información que por parte de los gobiernos de turno prestan a dejar claro que es una tasa fija la que grava los carburantes; Esto viene a decir que cada euro que las petroleras encarecen el producto va directamente a su bolsillo. Una vez que el litro de gasolina esta listo para ser vendido en las gasolineras se añaden 23 céntimos por el impuesto del IVA el Impuesto sobre el valor añadido. ¡Si, si, un impuesto sobre otro impuesto!. Los impuestos especiales, tanto los que gravan la fiscalidad en las tarifas eléctricas como en los carburantes, permite la ley que se les pueda repercutir el IVA sobre otro IVA. Y es ahí donde nos vamos al precio máximo registrado estas semanas de 1,50 euros litro. Así, como el que no quiere la cosa el impuesto representa un 44,6 % sobre el precio total, en este caso 44 céntimos por el Impuesto Especial sobre los Carburantes y 23 céntimos por el IVA, con un total de 67 céntimos, que no es poco. En años anteriores, cuando el precio estaba más moderado, el porcentaje fiscal llegaba hasta el 70% del precio.
AVISO a los habituales de este blog: Tengo problemas, desde hace unas semanas, con los comentarios enviados ya que no me da opción de “aprobar” por lo que no pueden ser transferidos al post referenciado. Llegan prefijados con “rechazar”. Creía que era un falla momentánea del sistema, pero al parecer no es así, me he podido informar que son “cookies de terceros” este es el diagnostico facilitado. Ataquealpoder anda jodido por alguien cabreado con lo que aquí se dice. Que le vamos hacer.
Comentarios
Publicar un comentario