México

Hace años conocí a un "gachupín",  nombre más bien despectivo con el que se conoce en México a los españoles inmigrados, que me relataba sus vivencias por aquellas tierras maravillosas a su parecer y que no pongo en duda. No conozco México, ni tampoco a ningún mexicano. Estudié, eso sí, algo de su historia, el despojo territorial tremendo que les ocasionaron los gringos,

el fracaso de la revolución de Zapata, Pancho Villa, aquel México insurgente contemporáneo de la Revolución Rusa..., hasta el subcomandante Marcos.


Pobre México, tan cerca de los Estados Unidos, y tan cerca de los narcos. Tan cerca los dos que parecen dos caras de una misma moneda vendiendo un maravilloso país a tantos gramos de polvo el litro de sangre mexicana, mientras el gobierno sigue sin enterarse del declive de la producción petrolera, de la catástrofe ocasionada por MONSANTO en las pequeñas explotaciones agrícolas con su maíz modificado genéticamente, chingando la patria del maíz, sus cultivos, sus tierras y sus habitantes.

Cuesta abajo y sin frenos es el porvenir de México con el aumento de criminalidad y la caída de la producción de petróleo.

Siempre y cuando el noble pueblo mejicano no vuelva por la senda de su revolución inacabada, cosa que dudo pues tienen arrestos suficientes para acabar lo que empezaron:




¡Viva Méjico!