Pero, ¿existe el mañana?



Jamás de los jamases me hablaron en las clases de economía de la curvatura de la Tierra. Nunca. Y sin embargo debieran de habernos hablado de ello, o, cuando menos, interrelacionarlo con la disciplina económica que, gracias a esa carencia y referencia, ha quedado renca y para el arrastre y posterior desuelle, decapitación, crucifixión y empalamiento.

La primera clase de cualquier curso de Economía habría que comenzar diciendo:
La Tierra es un planeta curvo y finito, por tanto con unos recursos limitados en el tiempo en función del ritmo de explotación al que los sometamos. Sencillo, ¿verdad?Si no es así, por favor, me demuestren que estoy en un error.

Este es el pecado original, no ya del capitalismo, ni de cualquier ismo, sino del ser humano, de todos y de cada uno de los bichos de dos patas que afirmamos que el mundo es grandísimo, que esto no se acaba, uf, pues no hay sitio por ahí, uy, anda que no nos sobra de todo, y toda esa serie de gilipolleces manidas, de tópicos repulsivos y de lugares comunes que a cualquier mente ligeramente instruida le produce asco y oprobio, cuando no escalofríos de pavor.

Bien, una vez que sabemos que el planeta es lo que es, debiéramos saber qué capacidad tiene para sostener nuestras vidas y en qué cantidad, es decir cual es la capacidad real de carga del planeta, cuantas bocas puede alimentar.También se sabe, aunque nadie quiere enterarse y aquí habrá que poner una serie de dibujitos donde se ve que mientras que la población dependió de la energía del sol que permitía el crecimiento de las plantas que, a su vez alimentaban a los herbívoros, que a su vez alimentaban a los carnívoros, ésta no crecía, o lo hacía de manera casi imperceptible.

Cuando la población se pasaba de rosca venía mamá naturaleza acompañada del tio la vara y mediante hambrunas, epidemias y malas cosechas nos volvía a meter en vereda. Más o menos eso andaba por los mil millones de habitantes en el año 1.800 cuando ya se había producido la revolución industrial gracias a las máquinas de vapor, al carbón mineral y a la rotación de cultivos. Cincuenta y pocos años después, cuando se descubrió el petróleo y sus usos y aplicaciones, la cosa ya fue de vértigo, pues la población mundial comenzó a crecer de modo exponencial. Cada vez se roturaban más tierras y crecía la producción de todo tipo de mercancías gracias a la aplicación de la máquina a todos los procesos productivos.

..."Y seréis como dioses", se lee en la Biblia, así como también se lee lo de "creced y multiplicaos". Y todo eso en un planta curvo y finito.

Unos años después la cosa fue a peor cuando los británicos pasaron su flota de guerra del carbón al petróleo, y bastante peor después, cuando se descubrió la cantidad de energía que almacenaba el petróleo y de subproductos derivados que a fecha de hoy superan los 500.000 con aplicación tal en nuestras vidas que bien podríamos decir que vivimos en ,con y por el petróleo.

Sin el petróleo la civilización tal y como la conocemos seria sencillamente impensable e imposible.Gafas, ordenadores, bolígrafos, mecheros, medicinas, teléfonos, tejidos, calzado, autos, ...miren a su alrededor...todo es petróleo.

No cambio de tema. Cuando iba a la escuela, el maestro nos enseñaba que España era el primer productor mundial de mercurio, gracias a las minas de Almadén en Ciudad Real hoy cerradas.

Todo se acaba y así como España a finales de los 80 exportaba unas mil y pico de toneladas de mercurio, y hoy no exporta nada , porque nada queda, el petroleo correrá su misma suerte con la salvedad de que sin petróleo la humanidad volverá a su sempiterno cupo de menos de mil millones de habitantes en todo el planeta, pues sin ese extraordinario aporte de energía no es posible el actual modelo de agricultura intensiva que nos alimenta.

Verán que la primera gráfica va del año 10.000 antes de Cristo hasta nuestros días y que parece un encefalograma plano hasta el siglo XIX , disparándose el crecimiento de la población de manera exponencial en el siglo XX-ayer, más o menos- y sin visos de parar la tendencia.

Lo siento por los creyentes, pero me parece que cuando el Altísimo dijo lo de : "creced y multiplicaos", nos dió un pasaporte santificado hacia la catástrofe, pero hay más.

Se le olvidó decirnos que las glaciaciones siguen un ciclo de unos 100.000 años, separados por periodos de "buen tiempo" de unos 10 a 12.000 años de duración, conocidos como periodos interglaciares. Lamento comunicar asimismo que el actual periodo interglaciar en el que vivimos empezó hace..., sí señor, unos 12.000 años atrás. Atención, pregunta: ¿qué viene después de un periodo interglaciar?. Exacto: una glaciación.

Hablaremos del tema en breve....

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